martes, 25 de marzo de 2014

DEPRESIÓN

La depresión es un sentimiento de tristeza intenso; puede producirse tras una pérdida reciente u otro hecho triste pero es desproporcionado con respecto a la magnitud del hecho y persiste más allá de un período justificado.

Después de la ansiedad, la depresión es el trastorno psiquiátrico más frecuente. Se estima que un 10 por ciento de la gente que consulta a un médico pensando que tiene un problema físico tiene en realidad una depresión. La depresión comienza habitualmente entre los 20 y los 50 años. Los nacidos en las últimas décadas del siglo xx parecen tener una incidencia mayor de depresión que las generaciones anteriores.
Un episodio de depresión dura habitualmente de 6 a 9 meses, pero en el 15 al 20 por ciento de los pacientes dura 2 años o más. Los episodios generalmente tienden a recurrir varias veces a lo largo de la vida.
Causas
Las causas de la depresión no se conocen por completo. Existe un número de factores que pueden predisponer una persona a sufrir depresión más que otra, como la predisposición familiar (factores hereditarios), los efectos secundarios de algunos tratamientos, una personalidad introvertida y sucesos emocionalmente desagradables, particularmente los que implican una pérdida. La depresión también puede surgir o empeorar sin ningún acontecimiento vital estresante.

Las mujeres son más propensas que los hombres a sufrir depresión, aunque las razones no están totalmente claras. Los estudios psicológicos demuestran que las mujeres tienden a responder a la adversidad encerrándose en sí mismas y autoculpándose. Por el contrario, los varones tienden a negar la adversidad y a dedicarse de lleno a diversas actividades. En cuanto a los factores biológicos, los más implicados son los hormonales. Los cambios en los valores hormonales, que pueden provocar cambios de humor justo antes de la menstruación (tensión premenstrual) y después del parto (depresión posparto), pueden tener algún papel en las mujeres. En las que han sufrido depresio
nes, pueden ocurrir cambios hormonales similares tras el uso de anticonceptivos orales. La función tiroidea anormal, que es bastante frecuente en las mujeres, puede constituir otro factor.

La depresión que se produce tras una experiencia traumática, como la muerte de un ser querido, se llama depresión reactiva. Algunas personas pueden deprimirse de modo temporal como reacción a ciertos períodos vacacionales (vacaciones tristes) o aniversarios con cierto significado, como el aniversario de la muerte de un ser querido. La depresión sin precipitantes aparentes se conoce como depresión endógena. Estas distinciones, sin embargo, no son muy importantes, ya que los efectos y el tratamiento de las depresiones son similares.
La depresión también puede ocurrir con un cierto número de enfermedades o trastornos físicos. Los trastornos físicos pueden causar una depresión directamente (como cuando una enfermedad tiroidea afecta a los valores hormonales, lo que puede inducir depresión) o indirectamente (como cuando la artritis reumatoide causa dolor e imposibilidad, lo que puede conducir a la depresión). A menudo, la depresión consecuente con un trastorno físico tiene causas directas e indirectas. Por ejemplo, el SIDA puede causar depresión directamente si el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), que lo causa, daña el cerebro; el SIDA puede causar depresión de forma indirecta cuando tiene un impacto global negativo sobre la vida de la persona.
Varios fármacos, sobre todo los usados para tratar la hipertensión arterial, pueden causar depresión. Por razones desconocidas, los corticosteroides a menudo causan depresión cuando se producen en grandes cantidades en el contexto de una enfermedad, como en el síndrome de Cushing, pero tienden a causar euforia cuando se administran como tratamiento.
Existe un número de situaciones en psiquiatría que pueden predisponer a una persona a la depresión, como ciertos trastornos por ansiedad, el alcoholismo y la dependencia de otras substancias, la esquizofrenia y la fase precoz de la demencia
Síntomas
Los síntomas se desarrollan habitualmente de forma gradual a lo largo de días o semanas. Una persona que está entrando en una depresión puede aparecer lenta y triste o irritable y ansiosa. Una persona que tiende a concentrarse en sí misma, a hablar poco, a dejar de comer y a dormir poco está experimentando una depresión vegetativa. Una persona que, además, está muy inquieta retorciendo las manos y hablando continuamente está experimentando lo que se conoce como depresión agitada.
Muchas personas con depresión no pueden expresar normalmente sus emociones (como la aflicción, la alegría y el placer); en casos extremos, el mundo aparece ante ellos como descolorido, sin vida y muerto. El pensamiento, la comunicación y otras actividades de tipo general pueden hacerse más lentos, hasta cesar todas las actividades voluntarias. La gente deprimida puede estar preocupada por pensamientos profundos de culpabilidad e ideas autoofensivas y puede no ser capaz de concentrarse adecuadamente. Estas personas están a menudo indecisas y recluidas en sí mismas, tienen una sensación progresiva de desamparo y desesperanza y piensan en la muerte y en el suicidio.
En general, los depresivos tienen dificultad para conciliar el sueño y se despiertan repetidamente, sobre todo temprano por la mañana. Es habitual una pérdida del deseo sexual o del placer en general. La alimentación escasa y la pérdida de peso conducen a veces a la emaciación, y en las mujeres se puede interrumpir la menstruación. Sin embargo, el exceso alimentario y la ganancia ponderal son frecuentes en las depresiones leves.
En cerca del 20 por ciento de los depresivos, los síntomas son leves, pero la enfermedad dura años, a menudo décadas. Esta variante distímica de la depresión a menudo comienza temprano en la vida y se asocia con cambios característicos de la personalidad. Las personas en esta situación son melancólicas, pesimistas, no tienen sentido del humor o son incapaces de divertirse, son pasivas y aletargadas, introvertidas, escépticas, hipercríticas o en constante queja, autocríticas y llenas de autorreproches. Están preocupados por la inadecuación, el fracaso y por los acontecimientos negativos hasta tal punto que llegan al disfrute morboso con sus propios fracasos.
Algunas personas depresivas se quejan de tener una enfermedad orgánica, con diversas penas y dolencias o de miedos por sufrir desgracias o de volverse locas. Otras creen que tienen enfermedades incurables o vergonzosas, como el cáncer o las enfermedades de transmisión sexual o el SIDA, y que están infectando a otras personas.
Cerca del 15 por ciento de las personas deprimidas, más comúnmente aquellas con depresión grave, tienen delirios (creencias falsas) o alucinaciones, viendo u oyendo cosas que no existen. Pueden creer que han cometido pecados imperdonables o crímenes o pueden oír voces que les acusan de varios delitos o que les condenan a muerte. En casos raros, imaginan que ven ataúdes o a familiares fallecidos. Los sentimientos de inseguridad y de poca valía pueden conducir a las personas intensamente deprimidas a creer que son observadas y perseguidas. Estas depresiones con delirios se denominan depresiones psicóticas.
Los pensamientos de muerte están entre los síntomas más graves de depresión. Muchos deprimidos quieren morir o sienten que su valía es tan escasa que deberían morir. Hasta un 15 por ciento de las personas con depresión grave tiene una conducta suicida. Una idea de suicidio representa una situación de emergencia y cualquier persona así debe ser hospitalizada y mantenida bajo supervisión hasta que el tratamiento reduzca el riesgo de suicidio

lunes, 24 de marzo de 2014

COMO ANULAR A UNA PERSONA

Ana Cristina Aristizábal U. Columnas publicadas en el periódico El Colombiano, de Medellín, Colombia, desde mayo de 2010

"El peor daño que se le hace a una persona es darle todo. Quien quiera anular a otro solo tiene que evitarle el esfuerzo, impedirle que trabaje, que proponga, que se enfrente a los problemas (o posibilidades) de cada día, que tenga que resolver dificultades.
Regálele todo: la comida, la diversión y todo lo que pida. Así le evita usar todas las potencialidades que tiene, sacar recursos que desconocía y desplegar su creatividad. Quien vive de lo regalado se anula como persona, se vuelve perezosa, anquilosada y como un estanque de agua que por inactividad pudre el contenido.
Aquellos sistemas que por “amor” o demagogia sistemáticamente le regalan todo a la gente, la vuelven la más pobre entre las pobres. Es una de las caras de la miseria humana: carecer de iniciativa, desaprovechar los talentos, potencialidades y capacidades con que están dotados casi todos los seres humanos.
Quien ha recibido todo regalado se transforma en un indigente, porque asume la posición de la víctima que sólo se queja. Cree que los demás tienen obligación de ponerle todo en las manos, y considera una desgracia desarrollarse en un trabajo digno.

Es muy difícil que quien ha recibido todo regalado, algún día quiera convertirse en alguien útil para sí mismo. Le parece que todos a su alrededor son responsables de hacerle vivir bien, y cuando esa “ayuda” no llega, culpa a los demás de su “desgracia” (no por anularlo como persona, sino por no volverle a dar). Solo los sistemas más despóticos impiden que los seres humanos desarrollen toda su potencialidad para vivir. Creen estar haciendo bonito, pero en definitiva están empleando un arma para anular a las personas. (No quiere decir que la caridad de una ayuda temporal no sea necesaria en momentos especiales)."

sábado, 22 de marzo de 2014

TRASTORNOS INFANTILES DEL COMPORTAMIENTO

Se trata de las llamadas "conductas antisociales", en las que no se respetan los derechos de los demás ni las normas sociales.
Suelen ir apareciendo en el transcurso normal del desarrollo de un niño, pero en el momento en que persisten en el tiempo más allá de lo "esperable" y en un grado de intensidad "llamativo" quedará determinada la conducta como problemática

EL NIÑO QUE MIENTE

El niño suele mentir como resultado de un sentimiento de frustración.
Hasta los 4 años, el niño suele comportarse con el fin de complacer a los padres; de ahí, que el realizar algo que se sabe no va a gustar, se omite, no se cuenta.
Es alrededor de los 6-7 años, cuando el niño ya tiene conciencia de haber mentido y se siente mal por ello, aunque no se le haya descubierto.
Razones por las que un niño suele mentir:
- por imitar a los adultos: El niño se da cuenta que los adultos mienten cuando les interesa:
- para complacer a alguien
- para no hacerle daño,... Para el niño esto se va a ir convirtiendo en algo natural, que cree poder utilizar a su conveniencia tal y como ha observado en los demás.
- por predisposición en su personalidad: encontraremos diferentes reacciones según el carácter del niño. Si es tímido o si es un niño con muchos miedos, lo que hará será negar las cosas. El niño exaltado, las exagerará. Precisarán diferente trabajo terapéutico:
- al niño tímido se le estimulará más, se hablará con él para que al "conocer" esas cosas que le producen tanto miedo se sienta con más dominio sobre ellas.
- al niño exaltado se le intentará relajar mediante ejercicios de descarga psicomotriz o mediante alguna actividad deportiva; y se atenderá con detalle a sus fantasías, haciéndole ver que no son más que eso o que sólo una parte de éstas se ajustan verdaderamente al mundo real.
- para llamar la atención, pues se siente poco atendido: la mentira más frecuente suele ser el inventar una dolencia (se trata de algo diferente a los trastornos psicosomáticos, pues aquí el niño en realidad no sufre enfermedad alguna). Los padres deberán intentar dar al niño el afecto que reclama y dedicarle más tiempo.
- para evitar un castigo: la mayoría de las mentiras vienen producidas por este miedo. Suele responder a unos padres demasiado rígidos y moralizadores, y a un hijo con miedo de perder el amor de éstos. Es conveniente averiguar qué imagen tienen estos hijos de los padres, pues a veces es muy distinta de la que creemos.
- por vanidad o "chulería": generalmente se produce porque el niño quiere agradar a los padres, sabiendo cuánto valoran éstos las apariencias.
- por no tener la capacidad de distinguir entre lo real y lo imaginario: este caso precisa de psicoterapia, ya que este tipo de niños no tienen conciencia de que están mintiendo; significa que está anclado en fases anteriores de su desarrollo o que está perdiendo contacto con la realidad.
De acuerdo a las capacidades evolutivas del niño, es conveniente buscar la manera de enseñarle sobre la honestidad, a identificar lo real de lo imaginado,... y sobre todo, intentar ser un buen ejemplo.
Se felicitará siempre la veracidad de lo explicado, y una vez el niño miente , antes que reñirle, es necesario averiguar los motivos que le han llevado a mentir.

EL NIÑO QUE ROBA

El robo también suele producirse como resultado de un sentimiento de frustración.
Cuando el niño se inicia en esta conducta, fácilmente la convierte en un hábito, pasando de pequeños hurtos en casa a robos cada vez mayores.
Algunas de las causaspor las que un niño, al que no le falta nada, roba son:
- por impulso, actúa sin reflexionar: desea un objeto y su egocentrismo no le deja darse cuenta de que deja a otra persona sin ese objeto.
- por culpabilidad (para que le castiguen)
- para tomar protagonismo ante compañeros,...
- para compensar el sentimiento que tiene de carencia afectiva o de abandono
- por agresividad, únicamente para perjudicar al dueño de aquel objeto, aunque despúes dicho objeto sea destruido o regalado.
En cuanto se observen indicios de esta conducta, los padres deben actuar, no deben dejar lo sucedido en algo ignorado. No debe culpabilizarse al niño: "malo" no es el niño, sino la acción de robar que ha realizado. Se hablará sobre lo sucedido, sobre cómo poder reparar el daño realizado y, si es posible, pedir disculpas a la persona afectada.
Según la gravedad o la persistencia de esta conducta se hará precisa la intervención de un psicólogo infantil

EL NIÑO AGRESIVO

Las primeras conductas consideradas realmente como agresivas aparecen entre el 2º y 3er año de vida cuando se siente frustrado por no ver cumplidos sus deseos; entonces, el niño araña, muerde, pega,...
Antes de esta edad, lo que muestra el niño es rabia, mediante pataletas y gritos.
Es a partir de los 4 años, cuando esta agresividad pasa a ser expresada verbalmente.
Esto ocurre en el desarrollo normal de todo niño. Lo que sucede es que algunos continúan mostrándose agresivos, y esto sí que se convierte en una conducta problemática. El grado de agresividad, la edad de aparición, así como su permanencia en el tiempo hará determinar la intervención de un psicólogo infantil que abarque el problema desde su globalidad.

Generalmente, tras este comportamiento hay una baja autoestima, un ser que lucha por autoafirmarse y/o la expresión de un exceso de tensión o angustia que no encuentra otra vía de escape. Para unos, la agresión es una forma de dominar al grupo y para otros es imitar lo que han visto o vivido en casa,...
Para lograr algún cambio en dicho comportamiento, habrá que incidir directamente sobre las causas que lo originan, además de educarle en el control de sí mismo.
Al hablar de agresividad nos referimos tanto a la agresividad física como a la verbal, y tanto a la autoagresividad como a la agresividad contra los demás. Tanto el comportamiento autodestructivo como el de agresividad contra los demás pueden llegar a resultar muy peligrosos; de ahí, que no deben ignorarse, ni se puede esperar a que se resuelvan por sí solos.

AGRESIVIDAD CONTRA LOS DEMAS

Cuando un niño se muestra una conducta agresiva contra los demás, se le apartará del grupo, provocando en él una reflexión, sin reñirle ni culparle, y haciendo que continúe su juego sólo hasta que decida volver a integrarse al grupo con otra actitud más adecuada.
Encontramos en este grupo también a los niños que:
- juegan continuamente con fuego
- dañan a los animales .
Son casos que requieren una rápida intervención, pues están poniendo en peligro su propia vida y la de los demás.

AUTOAGRESIVIDAD (Suicidio, Autolesionarse,...)

- El suicidio es algo poco frecuente en niños menores de 10 años; lo es más en las edades cercanas a la adolescencia.
Signos preocupantes son:
- el mostrarse "especialmente triste"
- perder interés por las cosas que le rodean
- perder el apetito
- alteraciones del sueño (en exceso o en defecto)
- decir cosas negativas sobre sí mismo
Estos datos deben alertarnos, y hacen necesario buscar las causas (hablando con el propio niño).

La mayoría de los casos requerirán un trabajo más profundo por parte de un especialista infantil, e intervenir de forma rápida mediante un tratamiento

viernes, 21 de marzo de 2014

Motivos y Emociones

  • Una emoción es un estado afectivo que experimentamos, una reacción subjetiva al ambiente que viene acompañada de cambios orgánicos (fisiológicos y endocrinos) de origen innato,

- Las emociones tienen una función adaptativa de nuestro

organismo a lo que nos rodea.

· MIEDO: tendemos hacia la protección.
· SORPRESA: ayuda a orientarnos frente a la nueva situación.
· AVERSIÓN: nos produce rechazo hacia aquello que tenemos delante.
· IRA: nos induce hacia la destrucción.
· ALEGRÍA: nos induce hacia la reproducción (deseamos reproducir aquel suceso que nos hace sentir bien).
· TRISTEZA: nos motiva hacia una nueva reintegración personal.

- Los humanos tenemos 42 músculos diferentes en la cara.

  • La Inteligencia Emocional es el conjunto de habilidades que sirven para expresar y controlar los sentimientos de la manera más adecuada en el terreno personal y social.

Personas con Inteligencia emocional

a)       Empatía (entender los sentimientos de los otros)
b)       Reconocer los propios sentimientos
c)       Ser capaz de expresar los sentimientos positivos como los negativos
d)       Capaz también de controlar estos sentimientos
e)       Superación de las dificultades y de las frustraciones
f)        Encontrar equilibrio entre exigencia y tolerancia.

La conducta de los humanos en múltiples ocasiones es determinada por circunstancias físicas, fisiológicas o psicológicas, sociales, y rescatando la posibilidad del ser humano de dar a su vida cierta dirección elegida libremente



Motivo:
  • La razón consciente dada por el individuo para justificar su conducta.
  • Estado de tensión interna en el individuo, que despierta, mantiene y dirige la conducta hacia una meta determinada.

Motivación: facultad humana de dar a la conducta una dirección especifica, voluntaria e involuntariamente.

Ciclos Motivacionales

1. Algún estado motivador dentro de la persona que la impele a alguna meta;
2. La conducta que manifiesta en su búsqueda de la meta, y

3. El logro de la meta.

jueves, 20 de marzo de 2014

TRAUMATISMO CRANEOENCEFALICO

El traumatismo craneoencefálico (TCE) es la 1ª causa de muerte e incapacidad en la población menor de 45 años en los países desarrollados, afectando principalmente a la población activa y originando terribles secuelas. Se define como traumatismo craneoencefálico a la lesión física o deterioro funcional del contenido craneal debido aun intercambio brusco de energía mecánica.

Esta definición incluye causas externas que pudiesen resultar en conmoción, contusión, hemorragia o laceración del cerebro o del tronco del encéfalo hasta el nivel de la primera vértebra cervical
Bajo Riesgo: Casos asintomáticos; Cefalea; Vértigo; hematoma, laceración o abrasión del cuero cabelludo; ausencia de los criterios de riesgo moderado o alto.
Moderado  Riesgo: Cambio en el nivel de conciencia en el momento del traumatismo o con posterioridad a este, cefalea progresiva, intoxicación por alcohol o drogas, historia no fiable o inadecuada sobre el mecanismo del traumatismo, edad por debajo de los dos anos ( salvo que el traumatismo sea muy trivial); convulsión postraumática, vomito, perdida de la memoria después del trauma, lesiones faciales graves, signos de fractura en la base de cráneo, sospecha de maltrato infantil, lesiones penetrantes leves en el cráneo, fracturas craneales.
Alto Riesgo: Nivel de conciencia deprimido y no atribuible con claridad al alcohol, drogas u otra causa, signos neurológicos focales, disminución progresiva de la conciencia, lesiones penetrantes severas en el cráneo.


Tipos de TCE
Se habla de TCE cerrado cuando no hay solución de continuidad en la duramadre, y abierto cuando sí la hay. Son ejemplos de TCE abierto: fracturas de la base del cráneo que se abren a las cavidades aéreas craneales, heridas penetrantes y las fracturas abiertas de la bóveda craneal. Las lesiones pueden producirse por varios mecanismos, principalmente dos, bien por heridas penetrantes en el cráneo o bien por una aceleración-desaceleración que lesiona los tejidos en el lugar del impacto o en el polo opuesto (lesión por contragolpe). Según la localización y el mecanismo de producción se producirán diferentes tipos de lesiones, como la hemorragia subdural, hemorragia epidural, contusión hemorrágica y lesión axonal difusa.
Atendiendo a su gravedad el TCE se clasifica en leve (el paciente está asintomático en el momento de la evaluación o sólo aqueja cefalea, mareo u otros síntomas menores), moderado (alteración del nivel de consciencia, confusión, presencia de algunos signos focales) o grave (GCS menor de 9). Sin embargo, el médico no se debe confiar ante la normalidad de la exploración neurológica o la ausencia de síntomas en las primeras horas tras el TCE. Esto es de especial importancia en el caso de pacientes ancianos y alcohólicos, pues no es infrecuente que desarrollen alguna complicación (la más clásica es la hemorragia subdural) un tiempo después (generalmente en las primeras 24 horas) del trauma.

Secuelas Neuroconductuales de un TCE leve

En el caso del TCE leve, donde la pérdida de conciencia ha durado menos de 30 minutos, o la APT menos de 1 hora, rara vez se observa un déficit neurológico. Sin embargo, el paciente puede experimentar un amplio rango de síntomas:
Cefaleas
Vértigos
Hipersensibilidad a los ruidos
Hipersensibilidad a la luz
Tinitus
Visión doble
Visión borrosa
Intranquilidad
Insomnio
Bradipsiquia
Trastornos de memoria
Trastornos de concentración
Fatiga
Irritabilidad
Ansiedad
Depresión

Los síntomas pueden persistir debido a: dificultades de ajuste social, lesiones cerebrales previas, trastornos de personalidad preexistentes, abuso de drogas o alcohol y enfermedades psiquiátricas.
El déficit cognoscitivo reduce la velocidad del pensamiento y la capacidad para comprender las bases de las dificultades, esto junto a un esfuerzo crónico, producen frustración, ansiedad y culpa

Secuelas Neuroconductuales del TCE moderado a severo
Los TCE moderados a severos son aquellos cuya duración del coma excede los 30 minutos o cuya APT dura más de una hora.
La naturaleza y el grado de los cambios clínicos varían ampliamente. Factores tales como la localización y el tamaño de la lesión influyen de forma importante en las secuelas.

Los trastornos del lenguaje, percepción o praxis pueden ser el resultado de lesiones que desconectan los sistemas responsables de estas funciones neuropsicológicas. Sin embargo, debido a la alta incidencia del daño axonal difuso y del daño a los lóbulos frontales y temporales, los problemas en las áreas siguientes son comunes en los TCE:
Déficit de atención y fatiga.
Problemas de memoria y aprendizaje.
Dificultades en la planificación y resolución de problemas.
Pensamiento concreto
Falta de flexibilidad mental.
Disociación entre pensamiento y acción
Problemas de comunicación.
Síndrome disejecutivo
Trastornos visuoespaciales
Dificultades en operaciones matemáticas

Secuelas psiquiátricas del TCE moderado
Ansiedad
Depresión
Ideación suicida
Apatía
Falta de iniciativa o motivación
Labilidad emocional
Irritabilidad
Agresividad
Impulsividad
Desinhibición
Falta de insight,
Negación
Manía
Hipomanía
Paranoia
Ideas delirantes
Conductas pueriles

Otros factores de personalidad o psiquiátricos que pueden ser referidos en la evaluación y que deben ser considerados al momento de estar administrando las pruebas neuropsicológicas son la ansiedad y la depresión, los cuadros de confusión (Delirium), y la simulación.

martes, 18 de marzo de 2014

Freud S, Consejos al médico en el tratamiento psicoanalítico (1912)

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Reglas técnicas:
a)       Para retener en la memoria los innumerables nombres, fechas, detalles del recuerdo, asociaciones y manifestaciones patológicas que el enfermo va produciendo en el curso de un tratamiento prolongado meses enteros y hasta años, sin confundir este material con el suministrado por otros pacientes en el mismo período de tiempo o en otros anteriores, la primera regla rechaza todo medio auxiliar, incluso la anotación, y consiste simplemente en no intentar retener especialmente nada y acogerlo todo con una igual atención flotante
b)       No tomar apuntes, formar protocolos, etc., durante las sesiones con el analizado. Al anotar o taquigrafiar las comunicaciones del sujeto realizamos forzosamente una selección perjudicial y consagramos a ello una parte de nuestra actividad mental, que encontraría mejor empleo aplicada a la interpretación del material producido
c)      La anotación de datos durante las sesiones del tratamiento podía justificarse con el propósito de utilizar el caso para una publicación científica. Los protocolos detallados resultan fatigosos para el lector, sin que siquiera puedan darle en cambio la impresión de asistir al análisis.
d)      Antes de terminar el tratamiento no es conveniente elaborar científicamente un caso y reconstruir su estructura e intentar determinar su trayectoria fijando de cuando en cuando su situación. Obtenemos los mejores resultados terapéuticos en aquellos otros en los que actuamos como si no persiguiéramos fin ninguno determinado, dejándonos sorprender por cada nueva orientación y actuando libremente, sin prejuicio alguno. La conducta más acertada para el psicoanálisis consistirá en pasar sin esfuerzo de una actitud psíquica a otra, no especular ni cavilar mientras analiza y espera a terminar el análisis para someter el material reunido a una labor mental de síntesis
e)    He de recomendar calurosamente a mis colegas que procuren tomar como modelo durante el tratamiento psicoanalítico la conducta del cirujano, que impone silencio a todos sus afectos e incluso a su compasión humana y concentra todas sus energías psíquicas en su único fin: practicar la operación conforme a todas las reglas del arte
f)        Del mismo modo que el analizado ha de comunicar todo aquello que la introspección le revela, absteniéndose de toda objeción lógica o afectiva que intente moverle a realizar una selección, el medico habrá de colocarse en situación de utilizar, para la interpretación y el descubrimiento de lo inconsciente oculto, todo lo que el paciente le suministra, sin sustituir con su propia censura la selección a la que el enfermo ha renunciado
g)      Resulta muy atractivo para el psicoanalista joven y entusiasta poner en juego mucha parte de su propia individualidad para arrastrar consigo al paciente e infundirle impulso para sobrepasar los límites de su reducida personalidad. Pero con esta técnica abandonamos el terreno psicoanalítico y nos aproximamos al tratamiento por sugestión; incapacita al sujeto para vencer las resistencias más profundas y fracasa siempre en los casos de alguna gravedad, provocando en el enfermo una curiosidad insaciable que le inclina a invertir los términos de la situación y a encontrar el análisis del medico más interesante que el suyo propio
h)    En la solución de las inhibiciones de la evolución psíquica se le plantea espontáneamente la labor de señalar nuevos fines a las tendencias libertadas. Pero también en esta cuestión debe saber dominarse el medico y subordinar su actuación a las capacidades del analizado más que a sus propios deseos

i)         ¿En qué medida debemos requerir la colaboración intelectual del analizado en el tratamiento? Es difícil fijar aquí normas generales. Habremos de atenernos ante todo a la personalidad del paciente, pero sin dejar de observar jamás la mayor prudencia. Para llegar a la solución de los enigmas de la neurosis no sirve de nada la reflexión ni el esfuerzo de la atención o la voluntad y sí únicamente la paciente observancia de las reglas psicoanalíticas que le prohíben ejercer crítica alguna sobre lo inconsciente y sus productos. La obediencia a esta regla debe exigirse más inflexiblemente a aquellos enfermos que toman la costumbre de escapar a las regiones intelectuales durante el tratamiento y reflexionan luego mucho, y a veces muy sabiamente, sobre su estado, ahorrándose así todo esfuerzo por dominarlo

lunes, 17 de marzo de 2014

FOBIAS (SEGUNDA PARTE)

Así, la fobia es la piedra angular de la neurosis: "es aquella contracción de neurosis que menos títulos reclama a una constitución particular y, en consonancia con ello, puede ser adquirida en la mencionada época de la vida con la mayor facilidad" (1).
Constituye, como ocurre con el complejo de castración para el pequeño Hans, una "afección" muy extendida; nadie prácticamente está exento. Cada niño pues, cada adulto, pasa por un período fóbico.
Ante esa falta de pene de la madre, donde se revela la naturaleza del falo, el sujeto puede amurallarse con una fobia. "Momento de la experiencia sin el cual ninguna consecuencia sintomática(fobia) o estructural (Penisneid), que se refiera al complejo de castración, tiene efecto" (2).
¿Cuál es su carácter esencial?
En 1959 se presenta pues como la forma más simple de la neurosis: "aquella donde podemos captar el carácter de la solución" (3). Ese momento fecundo de la neurosis donde entra en juego un objeto, el objeto fobígeno, vale decir, un significante.
¿De qué protege al sujeto? Del acercamiento del deseo. Vale decir, ante la prueba del deseo del Otro el significante comodín cumple una función de defensa.
¿Cuál es la función de la fobia?
"La verdadera función de esta neurosis está en sustituir al objeto de la angustia por un significante que provoca temor" (4).
Así, en 1969, la fobia no sería enteramente una entidad clínica sino "una encrucijada". Vale decir, "una placa giratoria" (5)
Sin embargo, las fobias a los espacios (abiertos, cerrados, etc.) y a ciertas situaciones (multitudes, calles, plazas, etc.) no terminan de ligar la angustia. "Lo que extraña en 1916 no es tanto su contenido sino su intensidad". A diferencia de las comunes, allí donde la angustia no es sin objeto, interrogan la función del objeto fobígeno en relación con la falta y con lo que la sobrepasa. Se resisten, en consecuencia, a funcionar como placa giratoria hacia los dos grandes ordenes de la neurosis.
Las modificaciones al procedimiento analítico que Freud propone tienen como referente justamente "el ejemplo de un ágora fóbico".
En 1910 esos pacientes no pueden aportar el material decisivo para la resolución de la neurosis mientras se sientan protegidos por la observancia de la condición fóbica. Vale decir, hace falta que renuncien al disp
ositivo protector y trabajen bajo las condiciones de la angustia.
En 1919 no "dominará una fobia quien aguarde hasta que el enfermo se deje mover por el análisis a resignarla: él nunca aportará al análisis el material indispensable para la solución convincente de la fobia".


Hay dos clases de fobias: una más leve y otra más grave.
Los de la primera clase desde luego sufrirán angustia cada vez que anden solos por la calle pero no por ello dejan de hacerlo.
Los de la segunda clase "se protegen de la angustia renunciando a andar solos". Hace falta, vía análisis, llevarlos a comportarse, a su vez, como fóbicos del primer grado, vale decir, "a que anden por la calle y luchen con la angustia en ese intento" (6).
Caída de la condición fóbica: momento de indefensión (Hilflosigkeit). Pero no sólo se trata de la "angustia de castración". También interesa el lugarde la angustia. Vale decir, esa operación fundante de desamparo del Otro, de cesión del objeto y de división del sujeto (7).
Desde ese lugar las fobias de la locomoción separan estructura y fantasma. En éstas, a diferencia de la histeria y de la neurosis obsesiva, no se termina de constituir el fantasma y el objeto fobígeno, diferente del de las fobias comunes, lo sustituye como puede.
Nos topamos, cuando interrogamos estas fobias graves, con el enigmático problema de saber, más acá de lo fantasmático, de dónde viene la neurosis —fóbica, histérica u obsesiva—, cuál es su motivo último, particular, allí donde el sujeto, determinado por la estructura, se diferencia del fantasma (8).


Las fobias amplían pues los límites del campo analítico y, por lo mismo, las operaciones posibles en el marco de la transferencia.

miércoles, 12 de marzo de 2014

FOBIAS primera parte

Aunque los miedos y las fobias son bastante comunes en la población general, un alto porcentaje de las personas que los padecen, no suelen buscar ayuda profesional.
Desde el punto de vista psicopatológico (observación de las causas y naturaleza de las enfermedades mentales), se debe establecer la distinción conceptual entre el `miedo' y la `fobia'.
Mientras el miedo es una perturbación angustiosa del estado de ánimo ante una amenaza concreta, conocida, externa y no originada por un conflicto, el término `fobia' se utiliza para denotar reacciones de miedo intensas acompañado de conductas evitativas hacia situaciones (reales o anticipadas) u objetos que no suelen producir daño y a los que la mayoría de las personas pueden enfrentar sin dificultades.
En el caso de la fobia, la evitación se produce porque al quedar fuera de contacto con el objeto o situación fóbica, el miedo desaparece y con él la ansiedad.
Marks (1969) señaló ciertos requisitos para conceptuar a las fobias, tales como:
·         Miedo desproporcionado en función del carácter amenazante de la situación, o sea, claramente superior al esperable dadas las circunstancias.
·         Evitación de la situación temida debido al miedo.
·         Conciencia de parte de la persona de la inexistencia de una posible explicación lógica del fenómeno, es decir, del carácter irracional del mismo.
·         Imposibilidad de controlarlas voluntariamente.
·         Causan cierto grado de sufrimiento o malestar.
Para entenderse como tales, se debe tener en cuenta la presencia en la persona de la sensación de miedo y no sólo el componente del escape, ya que aunque no se produzca la evitación propiamente dicha, el simple deseo de hacerlo o de tolerar la situación fóbica a expensas de un alto grado de malestar y ansiedad, es suficiente para hablar de una fobia.
A lo largo del tiempo, varios esfuerzos se han hecho para categorizar a las fobias. Actualmente, la Asociación Americana de Psiquiatras contempla tres formas básicas de fobias:
Actualmente los trastornos fóbicos se dividen en:

·         Fobias especificas; miedo a algo en particular. Suelen desarrollarse sobre la base de miedos infantiles.

·         Fobias sociales; miedo a estar en lugares públicos, asistir a reuniones o interactuar con otros. Suele manifestarse en la adolescencia.
·         Agorafobia: miedo a salir. Suele manifestarse en la entrada a la adultez joven.
En general, las fobias se van desarrollando gradualmente.
Si se está atravesando una situación de sobrecarga emocional, las reacciones fóbicas tienen una facilitación, el individuo se siente vulnerable y sin capacidad suficiente para afrontar determinadas situaciones con eficacia. Se comienzan a tener certezas de rendimiento negativo.
En la base de las fobias hay una distorsión en el procesamiento de la información, tanto del peligro que se debe enfrentar como de los recursos que se disponen para lograrlo.
Se organiza en torno a lo temido todo un sistema de pensamientos, creencias y certezas que es imprescindible abordar psicoterapéuticamente. La mejoría será el resultado de un trabajo conjunto de esfuerzo y colaboración entre el terapeuta y el paciente.


martes, 11 de marzo de 2014

LOS PSICÓLOGOS TAMBIÉN DEBEMOS TRATARNOS


No por estudiar psicología, en cualquiera de sus ramas nos convertimos en robots perfectos “psicoanalistas”* ni nos hacen un coco wash que deje de lado el aprendizaje, las creencias, las actitudes, etc.
Y así como no platicamos con nuestros amigos arquitectos sobre como esta hecha su casa, ni tampoco les exigimos que tengan una casa perfectamente diseñada y construida, tampoco los psicólogos queremos hablar todo el tiempo sobre los problemas de las personas y salvarlas de sus monstruos internos, ni vamos por el mundo “psicoanalizando”, calificando habilidades o revisando las necesidades de la gente. También tenemos y creamos juicios de valor y también nos enojamos cuando el marido de alguna amiga le pone el cuerno o cuando el policía de tránsito nos pide “mordida”. Pues bien, sucede que la mayoría de las veces tratamos (con éxito) de no involucrar nuestras emociones con nuestra área laboral.

Terapia… es importante que como parte del entrenamiento en psicología vayamos a terapia para conocer nuestras propias creencias irracionales y así no darles cabida en el ámbito laboral.

Así que pues, si acuden a terapia o con algún reclutador o bien, tienen algo que ver con algún psicólogo no crean que por ser psicólogo debe no tener problemas o que al estudiar psicología se van a resolver sus problemas mágicamente y llegarán al meollo de sus problemas existenciales; para esto último existe la terapia.

lunes, 10 de marzo de 2014

VIVIDORES Y PEREZOSOS

Quizás comience con un pequeño favor, como prestarle 50 pesos o ayudar con el cuidado de los niños de vez en cuando. Antes de darte cuenta, te encuentras cubriendo a esa amiga en el trabajo o actuando de garante para el préstamo de su auto, todo bajo tu propia responsabilidad. Siempre habrá gente que se aproveche de la bondad de los demás y es difícil enfrentarte a una vividora, sobre todo cuando ya sabe que eres susceptible a sus encantos.

Un sociópata no siente empatía ni tiene consciencia y sólo se preocupa por su propia felicidad. Ignora por completo las reglas, lo que está bien y mal y tus necesidades. El sociópata se fortalece cuando se aprovecha de tu bondad e incluso puede llegar a causarte daño para obtener lo que quiere.

Una persona perezosa por naturaleza se aprovechará de ti por la conveniencia; si tú haces algo, eso significa que ella no tiene que hacerlo, se considera la persona más importante del universo, así que es normal que existas para servirla y ella pretenderá que hagas lo que deseas. El objetivo del sociópata es sacarte lo mayor posible y, debido a que no tiene consciencia ni vergüenza, no le preocupa aprovecharse de ti. Generalmente, estas personas se encuentran satisfechas con su vida y evitan cualquier responsabilidad de sus acciones.

Es importante ser firme con la gente que no aprecia tu bondad. Exprésate de forma adecuada y clara hablando acerca de lo que sientes y evitando palabras acusatorias.  reunir el coraje para defenderte, eso le enseñará a la persona que no existes para su conveniencia y quizás ella cambie su comportamiento. En algún momento se dará cuenta de que ya no puede aprovecharse de tu bondad y tomará otros rumbos.
Es importante protegerte de los depredadores. Lo que comienza como un aprovechamiento fastidioso puede convertirse fácilmente en una situación peligrosa. Valdrá la pena saber que reservarás tus actos de generosidad para aquellos que en verdad se puedan beneficiar de tu bondad.


Cuando veas a una persona así, o convivas con una persona así piensa en estas frases, por que es muy fácil tenerle lastima a esas personas siempre y cuando no tengas que convivir con ellas y querer que otros se hagan cargo de sus problemas.

Tagore, Rabindranath : "Que fácil es empujar a la gente... Pero que difícil guiarla. "

Diógenes de Sínope: "Cuanto más conozco a la gente más quiero a mi perro."

Benedetti, Mario: "Acá hay tres clases de gente: la que se mata trabajando, las que deberían trabajar y las que tendrían que matarse."

Gandhi, Mahatma: "Lo más atroz de las cosas malas de la gente mala es el silencio de la gente buena."


Benavente, Jacinto: "Mucha buena gente que sería incapaz de robarnos el dinero, nos roba sin escrúpulo alguno el tiempo que necesitamos para ganarlo."