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jueves, 3 de febrero de 2022

Salud Mental: Cuando el alma se rompe


En estos días de pandemia COVID-19 que se viven la sociedad a través de los medios de comunicación y redes sociales están muy al pendientes de las cifras en cuanto a casos y defunciones por dicha causa. Las noticias principales hablan de las vacunas para terminar con la pandemia y el debate que estas han generado en las diferentes sociedades del mundo.

Pero mientras todo esto acapara la atención de las personas, en silencio y sin llamar mucho la atención estamos viviendo otra pandemia, esa pandemia es la depresión. Hay casos muy sonado de suicidios por esta causa actores, cantantes, deportistas, etc. que llaman la atención como por ejemplo el ultimo y sonado suicidio de Miss Estados Unidos 2019 Cheslie Kryst. Pero estos casos solo hacen ruido por un periodo corto de tiempo, solo importa el amarillismo, la nota, la notica, la primicia. En realidad no importa por que moriste, si no que moriste y quien lo dice primero. Y no solo es responsabilidad de los medios de comunicación, también de nosotros que consumismos la inmediatez y esa necesidad de ver que el "otro" que supuestamente vivía mejor que nosotros también sufre y eso en el fondo nos consuela.  Así es en nuestra sociedad ya normalizamos estas conductas patológicas, como dice el dicho "mal de muchos, consuelo de tontos" 

Es momento que como sociedad asumamos lo que estamos pasando y reconozcamos la importancia de la salud mental y normalizar el acudir con el Psicólogo. Que las personas puedan pedir ayuda sin sentirse desvalorizados y que están "locos", necesitamos ser escuchados por un profesional y mas en estos tiempos en donde la sociedad es bombardeada con mas "información" y mucha de ella innecesaria donde nos van minando mentalmente hasta un punto de quiebre. El como los estándares de hombres y mujeres no se vuelven en un ideal si no se convierten en un martirio donde no importa lo que hagas nunca cumplirás ese ideal que te pintan en redes sociales, donde tu puedes ver cosas indirectas como  ten el cuerpo perfecto, la vida perfecta, no trabajes y gana dinero, el mejor carro, viajes etc. Esta vida de influencers donde las personas aspiran a tener una vida cómoda y lujosa con el menor esfuerzo posible.

Algo va mal en la sociedad cuando tus principales modelos a seguir son Narcotraficantes, Influencers o Empresarios. Es decir, la sociedad aspira a no pensar y se jacta de ello. Entre menos hablamos de salud mental mas problemas de esta índole se aquejan en la sociedad. Es decir ya se normalizaron síntomas como:
  • Sentirse cansado todo el tiempo.
  • Dolores de cabeza constantes.
  • Horarios de sueño irregulares.
  • Falta de apetito. 
  • Desesperanza crónica.
  • Ansiedad.
  • Tristeza profunda.
  • Dependencia emocional.
Todos conoceos en nuestro circulo de amistades o conocidos alguna persona que sabemos tiene problemas pero no los quiere hablar o peor aun, no hay nadie que lo escuche. Y es por esto que es muy necesario que empecemos hablar de temas de salud mental así como se habla de economía y de enfermedades físicas; por que al paso que vamos las sociedades menos avanzadas en estos temas pueden colapsar en el sentido de no ser sociedades funcionales.

Es de suma importancia que los políticos empiecen a tocar estos temas como parte de sus planes de acción y propuestas, pero partiendo de realmente querer ayudar a las personas y no como otra pasarela demagógica que tanto les encanta. Pero si podemos ver los datos son alarmantes: El INEGI reporta el 29.9 % de los habitantes mayores de 12 años presentan algún nivel de depresión ocasional y un 12.4 de manera frecuente 43.3 % de la población mayor de 12 años en algún momento pasara por una depresión, esto de casos registrados por que si sumamos las personas que están fuera de los registros este porcentaje es mayor de seguro.

Como sociedad es nuestra responsabilidad que casos como el de Cheslie Kryst no queden solamente en la noticia y toquen la consciencia colectiva y cambiemos la manera en como interactuamos con temas de salud mental. Recuerda es mas fácil controlar a una sociedad enferma y peor aun, una que no esta consciente
de su mal.

viernes, 7 de noviembre de 2014

5 TIPS PARA ELEGIR UN PSICÓLOGO

La verdad es que se trata de algo que se ha puesto de moda. La psicología ha pasado de entenderse como una ciencia a la que solo algunos podían acceder y no estaba demasiado bien vista, a ser precisamente la ayuda que se necesita en una sociedad en la que el tiempo es oro y los problemas se nos acumulan sin saber bien cómo resolverlos. 


Un psicólogo como consejero
Acudir a un psicólogo, además de estar a la última por las confesiones de celebrities y famosos, puede ser realmente positivo para cualquiera. Casi todos pasamos por baches en nuestra vida, tenemos ansiedad por muchas cosas, problemas con la pareja o confusiones con los hijos. Y todo esto nos afecta directamente a nuestra salud, tanto a la física como a la psíquica. Un psicólogo que escuche todo aquello que nos preocupa y nos ayude a entendernos a nosotros mismos puede ser la mejor de las soluciones. Pero ¿cómo se elige a un psicólogo?
Ideas para elegir a tu psicólogo
Elegir a un psicólogo no es una tarea fácil. Sobre todo, si es la primera vez que decides visitar uno. Sin embargo, hay varios factores a tener en cuenta que te vamos a explicar a continuación con estos 5 tips para elegir un psicólogo:
1.       Carrera: es una de las primeras cuestiones a tener en cuenta. Saber dónde ha estudiado la carrera y dónde se ha licenciado puede hacerte entender el tipo de profesional que es, y conocer si se ajusta a lo que estás buscando.
2.       Experiencia: tú sabes lo que quieres de tu profesional, con lo que lo mejor es preguntarle una cuestión acerca de lo que te preocupa y si ha tenido otros casos parecidos. De ser así, saber cómo ha actuado te ayudará a estar segura de tu elección.
3.       Recomendaciones: los amigos pueden ser grandes aliados a la hora de ayudarte a decidir. Si ellos han tenido ya un psicólogo o conocen a alguien que lo tenga podrán recomendarte profesionales de primera mano.
4.       Tratamientos: los tratamientos que usa el profesional son también determinantes. Preguntar por ellos antes de decidirte puede ayudarte a que sea lo más correcto. En psicología hay cientos de técnicas y no a todos nos parecen mejores las mismas.
5.       Precio: el precio que paguemos o que estemos dispuestos a pagar influye también mucho. Así que esta parte hay que dejarla bien clara para evitar inconvenientes.6
Como ves, son muchas las variables que inciden en la elección de un psicólogo, pero lo más importante es que tú te sientas segura y confiada para que el tratamiento tenga el efecto más positivo sobre ti.

miércoles, 13 de agosto de 2014

Pacientes que abandonan la terapia psicológica. Perfiles y motivos que lo causan

Todos los psicólogos nos hemos encontrado que, aún delante de nuestras muchas recomendaciones de las posibles consecuencias, una cierta parte de nuestros pacientes abandonan la psicoterapia antes de que esta haya llegado, efectivamente, a término. Es aquello que, en otras ramas de las ciencias de la salud, llamarían una “alta voluntaria”. Y, aunque es bien cierto que, muchos de ellos, acaban retomando de nuevo la terapia, también lo es que se han dado pasos hacia atrás en el camino avanzado.
Entre estos últimos se encuentran los adolescentes. En este caso, podemos hablar, como muchas otras veces, del pensamiento mágico; muchos jóvenes creen que con el simple hecho de cruzar el umbral de la puerta del terapeuta o sentarse en su sofá, se curarán todos sus problemas, en tres o cuatro sesiones. Falta de adherencia al tratamiento, por falta de actitud; si no pones tu 50%, tendrás que afrontar la dura realidad, ni tan sólo los psicólogos tenemos “polvos mágicos” que resuelvan los problemas sin esfuerzo.

Los pacientes casados abandonan menos los tratamientos ya que la pareja suele actuar como coadyuvante e, incluso, a veces, y según en qué tipo de patologías, como coterapeuta. Darle esta responsabilidad al cónyuge sin patología supone que anulará cualquier intento de desistir del paciente, explicando las bondades del tratamiento y las consecuencias de no hacerlo.
También abandonan prematuramente  los pacientes con bajo nivel educativo. La mayor parte de las veces porque la jerga psicológica se les hace complicada, porque no entienden la finalidad ni el objetivo de la terapia y, sobre todo, porque lo único que saben es que “las pastillas” les funcionan muy bien o no les funcionan para nada. Por tanto, cargan de “poder” al tratamiento psiquiátrico y desnudan a la psicoterapia del mismo ya que se habrán visto abocados a hacerla por orden psiquiátrica o por insistencia familiar.
En contra de lo que se pueda pensar muchas veces, quizás demasiadas, abandonan el tratamiento psicoterapéutico pacientes que presentan psicopatologías severas o, incluso, sintomatología severa de una psicopatología que, en principio, tendría fácil solución. El abandono supone el agravamiento de dichas patologías y, demasiadas veces, no somos conscientes del daño que nos estamos inflingiendo pero la familia tampoco es especialmente insistente.
Visto ya quienes  se cogen el alta voluntariamente, nos podríamos preguntar ¿por qué lo hacen? o ¿ qué les lleva a acabar un tratamiento que, inicialmente, empezaron de forma libre y voluntaria?

Motivos más comunes de abandono de la terapia psicológica por parte de los pacientes

1.    La demanda ya no les preocupaCuando hablamos de demanda, en psicología, nos referimos al motivo que lleva a un paciente a la consulta de un psicológo. Puede ocurrir que dicho motivo, al llegar a la consulta, ocupe una posición central en la vida del paciente pero al transcurrir el tiempo se adopta una nueva percepción que permite minimizar o relativizar el problema, dejando de ser central y, por tanto, de preocuparnos. Sin embargo, ello no significa que este absolutamente resuelto
2.    El paciente se ha desmotivado. En psicoterapia, existen distintas corrientes. Normalmente, cada uno de nosotros estamos adscritos a una de ellas, por ejemplo, la cognitiva-conductual. Sin embargo, diseñar un tratamiento significa tener en cuenta las peculiaridades de cada paciente; su carácter, el objeto de su demanda, si ya venía motivado de casa o no…lo que no se puede es aplicar un mismo traje para todos los pacientes que entren en nuestra consulta porque a unos les quedará corto, a otros largo, otros lo romperán, a otros les irá holgado… y estos acabarán sintiendo que la  terapia “no sirve para nada” o “no me hace nada” o “no noto nada diferente”, se desmotivarán y acabarán abandonando.
3.    Expectativas demasiado elevadas respecto a resultados inmediatos. Otras veces, se abandona porque el paciente, al inicio del tratamiento, tiene unas expectativas demasiado altas respecto a la resolución casi inmediata de su problema. Aunque a estos pacientes se les avisa, al inicio, de que la psicoterapia es un proceso muy eficaz ( por ejemplo, 88% de eficacia para la psicoterapia cognitiva-conductual), por otra parte, es lenta ya que necesita su tiempo para poner en orden el revuelto armario emocional que lleva a consulta; de hecho, esta es una de las funciones más importantes del psicoterapeuta durante las primeras sesiones: nivelar las expectativas hasta un nivel razonable para no acabar provocándose el abandono por no haber satisfecho la idea con que el paciente llegaba a consulta y que forman parte de ese “pensamiento mágico” del que ya hemos hablado, el simple hecho de sentarse en el sofá del terapeuta o de traspasar su puerta ya remedia su problema.
4. Desconocer el número de sesiones que precisará el paciente durante la terapia. Se ha observado que se consigue una mejor alianza terapéutica cuando desde el inicio el paciente tiene una idea aproximada de cuántas sesiones necesitará para cumplimentar su tratamiento. También es cierto que, a excepción de en determinados casos, como en las terapias de parejas, es difícil dar un número exacto de sesiones ya que pueden producirse muchos factores inesperados a lo largo del tratamiento, tanto por parte del paciente como del psicólogo, o puede ocurrir que el paciente no responda al tratamiento, con lo cual volveríamos a encontrarnos que el paciente abandonaría, no por incumplimiento, sino por desmotivación o, especialmente, por expectativas no cumplidas. Por tanto, mantener un objetivo en el tiempo, aunque aproximado, ayuda a que el paciente sea fiel a la psicoterapia y, también, con las tareas de casa.
5. Falta de rapport con el psicológo. En psicoterapia, la calidad de la relación que se establece entre el paciente y el psicoterapeuta es básica, ya que si el paciente percibe que no existe una conexión con el psicólogo, que no le comprende o que minimiza sus problemas, el tratamiento fracasará por abandono del paciente.
6. Incumplimiento de las tareas para casa. La psicoterapia cognitivo-condutual, en el espacio intersesiones se basa en “tareas para casa”  que los pacientes deben realizar fuera de la consulta. Sin embargo, muchos de ellos creen que el tratamiento, acaba cuando finaliza la sesión y no vuelven a pensar en él hasta la siguiente sesión ya sea por pereza, por considerar que los ejercicios no son necesarios o que “no servirán para nada”. Esto implica que el tratamiento se retrasará, las expectativas de las que antes hablábamos no se cumplirán, y, como resultado, aparecerá la frustración y la desmotivación que produce el abandono.
7. Actitudes inadecuadas del psicólogo.  Frecuentemente, los pacientes que interrumpen su tratamiento repentinamente hacen responsable al psicólogo del abandono, lo cual no significa que siempre sea así pero sí que es cierto que,  en algunos casos, determinadas actitudes sí pueden acabar inintencionadamente con la psicoterapia. La mayoría de dichos pacientes afirman que han existido problemas como falta de competencia profesional, la personalidad del terapeuta  o la contradicción entre su discurso y los valores del paciente.
8. Negación a profundizar en algunos temas. Cuando un paciente acude a la consulta de un  psicólogo, normalmente lo hace con una demanda, es decir, con un problema que pretende solucionar. Pero, generalmente, este problema es sólo un síntoma de un conflicto más profundo. Por ello, y a pesar de que el paciente piensa en tratar su tema de demanda e, incluso, muchas veces, dice “pero eso ya lo tengo superado, y no quiero hablar de ello”, lo que nos está diciendo el síntoma es que, en realidad, no está tan superado como cree y, por tanto, es necesario hablar de ello. Y aquí empieza uno de los puntos de conflicto; tenemos un paciente que se niega a hablar de algo necesario, un psicólogo que necesita que el paciente exprese sus emociones y se libere, para poder continuar y la psicoterapia que queda frenada,  no avanza, generando frustración, tanto en el psicólogo como en el paciente, quien prefiere abandonar la psicoterapia.
9. Negación al cambio. En contra de lo que pueda parecer, muchos pacientes abandonan la terapia justo cuando empiezan a mejorar porque creen que ya no la necesitan con lo cual hay una elevadísima probabilidad de recaída. Esto se debe a que suele existir una cierta negación al cambio, de la misma manera que existe negación a profundizar en el síntoma. No podemos olvidar que cualquier tipo de patología que se ha arrastrado durante un cierto tiempo, la llegamos a interiorizar y es entonces cuando el cambio puede asustar de la misma manera que asusta todo aquello que no controlamos, que sea novedoso, aunque este es un proceso que se da a nivel inconsciente.
10. Consejo de otro profesional de una corriente teórica distintaAlgunos pacientes no se contentan con el criterio de un profesional sino que busca opiniones de diferentes profesionales. Pero, en esta búsqueda, no se tiene en cuenta algo de suma importancia y ya repetido en este artículo: no todos los psicólogos pertenecemos a la misma corriente teórica y, por tanto, las coincidencias entre un psicoanalista y un psicólogo cognitivo-conductual no son muchas. Obviamente, es importante escuchar varias campanas pero no podemos olvidar que demasiadas veces no elegimos el sonido que nos sería útil sino el que queremos oír.
Es el caso de los pacientes que abandonan la terapia para iniciar otra pero ¡sorpresa! De una corriente teórica distinta; de hecho, son pacientes que van de un psicólogo a otro en la búsqueda de que confirmen sus creencias o sus opiniones y que el psicólogo puede ya intuir, más o menos, que se producirá un abandono cuando una de sus primeras frases es “eres la tercera psicóloga que tengo. A las otras dos, las dejé… ya te contaré”.

viernes, 18 de julio de 2014

¿NECESITO UN PSICÓLOGO?





La ayuda psicológica puede ser muy beneficiosa para todos,  pero es recomendable especialmente en las siguientes situaciones:
    necesito psicologo
  • Si no te encuentras anímicamente bien y desconoces el por qué, si estás triste sin razón aparente, desvitalizado y con falta de energía.
  • Si no te ilusiona vivir el día a día o si te sorprendes  haciendo, pensando o sintiendo cosas que no entiendes y de las cuales te gustaría deshacerte o no tener.
  • Si te sientes bloqueado emocionalmente o, por el contrario, desbordado por tus sentimientos (p. ej., triste o con muchas ganas de llorar, sientes pánico, ira, desesperación) que no comprendes o no puedes controlarlos por ti mismo.
  • Si te sientes perdido o confundido respecto a cualquier aspecto de tu vida, ya sea de trabajo, estudio, familiar o de pareja, y no consigues encontrarte a ti mismo, un lugar, un camino en el mundo, o tu vocación.
  • Si estás pasando por un duelo y quieres que alguien te ayude a comprenderlo mejor, que te acompañe en los momentos difíciles y que te pueda dar las herramientas necesarias para poder empezar a afrontarlo y superarlo.
  • Si tienes dificultades para relacionarte con las demás personas y quieres aprender técnicas que te faciliten adquirir esos vínculos con esas personas o situaciones que deseas.
  • Si crees que no rindes lo suficiente en algún área de tu vida, ya sea emocional, laboral, familiar, sexual o de pareja.
  • Cuando otros especialistas (médicos, psiquiatras, nutricionistas, etc.) te aconsejan la necesidad de buscar tratamiento psicológico.
  • Si necesitas descargarte, desahogarte emocionalmente, o simplemente sentirte escuchado y comprendido.
  • Cuando, aunque no tengas ningún problema, decides llevar una vida más plena y feliz.

sábado, 31 de mayo de 2014

Psicólogo ¿Para que me sirve?

En cualquier grupo humano,existen conductas que son comunes a la mayoría de los individuos y por tanto son consideradas como normales, la mayoría de los grupos son heterogéneos de manera que no todos los individuos responden de la misma manera a los distintos estímulos que se les dan en el contexto, no todos los caracteres son iguales y eso siempre se toma en cuenta a la hora de trabajar con ellos, pero de la misma forma también existen características particulares que por su naturaleza, su cronicidad y su intensidad, pueden afectar de forma significativa el desenvolvimiento de uno o varios individuos dentro del grupo, pudiendo llegar a lastimarse a sí mismo o a los otros, es en este punto donde la Psicopatología como ciencia, se avoca al estudio de la etiología, el desarrollo y las consecuencias de estos comportamientos y condiciones psíquicas, tanto desde una visión fenomenológica-clasificatoria, como circunscrita a una teoría o corriente particular, el conocimiento de algunas entidades, trastornos o deficiencias patológicas es fundamental para la aplicación de un tratamiento a tiempo, y también para la planificación de estrategias de prevención
La psicología nos permite conocernos a nosotros mismos, nos permite crear instrumentos eficaces para salir de situaciones complejas, nos alivia el sufrimiento.
En muchos momentos de nuestra vida verificamos que hay aspectos de nosotros mismos que nos resultan incomprensibles y que hacemos cosas que escapan a nuestra voluntad como:

-
no poder salir solos a la calle,
-
padecer temores incomprensibles ante determinadas situaciones que no   podemos enfrentar
-
no saber porqué en nuestra vida se acumulan fracasos reiterados como   si fueran un destino a cumplir
-
sentir una ansiedad desmedida
-
no poder conciliar el sueño
-
no poder relacionarnos con nuestros padres
-
no poder comprender a nuestros hijos
-
tener dificultades en el trabajo
-
fracasar en el amor
Estos son algunos ejemplos que nos indican que algo no funciona y que no lo conseguimos controlar.
Por esta razón, la psicología, además de investigar, ha desarrollado diferentes métodos psicoterapéuticos que permiten abordar y superar estos síntomas y restablecer un bienestar en nuestra vida a nivel personal y relacional. Es muy importante entender que nuestra vida no es un libreto escrito que nos ha sido entregado y que nos limitamos a representar, sino que es un constante fluir de interrogantes, anhelos, decisiones y elecciones.
Sin embargo, es muy frecuente escuchar expresiones tales como “no necesito haber estudiado psicología para ser psicólogo”, “yo puedo ayudarme a mí mismo”, “no necesito ir a un psicólogo para darme cuenta de lo que me pasa”, o “para hablar con un psicólogo mejor hablo con un amigo/a”.
Estos pensamientos son expresiones que encierran una creencia equivocada de nosotros mismos. Nuestra manera de ser está, íntimamente, influenciada por la relación con los otros (padres, hijos, pareja, amigos, jefe, desconocidos).

Por lo tanto, esta dimensión inconsciente de nuestro ser trastoca muchas veces nuestra creencia de una absoluta autonomía "puedo con todo" y de un dominio de nuestras acciones "sé lo que me pasa". Poder reconocer que en ese momento necesitamos una ayuda de un psicólogo es una actitud realista que nos permitirá retomar verdaderamente las riendas de nuestra vida.

miércoles, 12 de marzo de 2014

FOBIAS primera parte

Aunque los miedos y las fobias son bastante comunes en la población general, un alto porcentaje de las personas que los padecen, no suelen buscar ayuda profesional.
Desde el punto de vista psicopatológico (observación de las causas y naturaleza de las enfermedades mentales), se debe establecer la distinción conceptual entre el `miedo' y la `fobia'.
Mientras el miedo es una perturbación angustiosa del estado de ánimo ante una amenaza concreta, conocida, externa y no originada por un conflicto, el término `fobia' se utiliza para denotar reacciones de miedo intensas acompañado de conductas evitativas hacia situaciones (reales o anticipadas) u objetos que no suelen producir daño y a los que la mayoría de las personas pueden enfrentar sin dificultades.
En el caso de la fobia, la evitación se produce porque al quedar fuera de contacto con el objeto o situación fóbica, el miedo desaparece y con él la ansiedad.
Marks (1969) señaló ciertos requisitos para conceptuar a las fobias, tales como:
·         Miedo desproporcionado en función del carácter amenazante de la situación, o sea, claramente superior al esperable dadas las circunstancias.
·         Evitación de la situación temida debido al miedo.
·         Conciencia de parte de la persona de la inexistencia de una posible explicación lógica del fenómeno, es decir, del carácter irracional del mismo.
·         Imposibilidad de controlarlas voluntariamente.
·         Causan cierto grado de sufrimiento o malestar.
Para entenderse como tales, se debe tener en cuenta la presencia en la persona de la sensación de miedo y no sólo el componente del escape, ya que aunque no se produzca la evitación propiamente dicha, el simple deseo de hacerlo o de tolerar la situación fóbica a expensas de un alto grado de malestar y ansiedad, es suficiente para hablar de una fobia.
A lo largo del tiempo, varios esfuerzos se han hecho para categorizar a las fobias. Actualmente, la Asociación Americana de Psiquiatras contempla tres formas básicas de fobias:
Actualmente los trastornos fóbicos se dividen en:

·         Fobias especificas; miedo a algo en particular. Suelen desarrollarse sobre la base de miedos infantiles.

·         Fobias sociales; miedo a estar en lugares públicos, asistir a reuniones o interactuar con otros. Suele manifestarse en la adolescencia.
·         Agorafobia: miedo a salir. Suele manifestarse en la entrada a la adultez joven.
En general, las fobias se van desarrollando gradualmente.
Si se está atravesando una situación de sobrecarga emocional, las reacciones fóbicas tienen una facilitación, el individuo se siente vulnerable y sin capacidad suficiente para afrontar determinadas situaciones con eficacia. Se comienzan a tener certezas de rendimiento negativo.
En la base de las fobias hay una distorsión en el procesamiento de la información, tanto del peligro que se debe enfrentar como de los recursos que se disponen para lograrlo.
Se organiza en torno a lo temido todo un sistema de pensamientos, creencias y certezas que es imprescindible abordar psicoterapéuticamente. La mejoría será el resultado de un trabajo conjunto de esfuerzo y colaboración entre el terapeuta y el paciente.