viernes, 27 de junio de 2014

8 consejos para antes de terminar una relación de pareja

Los finales no son fáciles.  Por más que lo intentemos, dar por terminado una relación de pareja suele ser muy complicado. Sin embargo, siempre será mejor un final sincero que una relación de mentirasEn ocasiones, aunque nos cueste y alguien salga con el corazón herido, es necesario decir adiós.



1. Piensa las cosas: ¿Estás segura de que deseas terminar? ¿No será un simple arrebato motivado por ciertas circunstancias? Recuerda que no hay marcha atrás.
2.  Mide tus palabras. A veces queremos decir algo y nos entienden otra cosa totalmente diferente.   Por eso, es importante que te pongas en el lugar del otro para elegir tus palabras, no dar lugar a dudas y no lastimar más de la cuenta.
3.  Sinceridad.   La gente usa frases como “no eres tú, soy yo” o busca en Internet la lista de “excusas para terminar”… ¡No uses palabras prestadas!  Habla desde el corazón, di lo que sientes, di la verdad; ése será un gesto que siempre será agradecido.
4.   No des falsas ilusiones. Si piensas que la relación debe cortarse definitivamente, no intentes aminorar el golpe dejando la puerta abierta o dando a pensar que se puede regresar en un futuro: di no con decisión y respeto.
5. Elige un lugar y momento adecuado. No es recomendable que termines tu relación en un lugar público.  Tampoco permitas las interrupciones.  Lo que debes decir es serio, y por lo tanto necesitas tener privacidad, tiempo y tranquilidad.
6. No huyas de la situaciónNo es bueno que digas: “quiero terminar esta relación” y te vayas de inmediato. Date tiempo de escuchar, porque así como tú pudiste expresarte, él también tiene derecho a hacerlo.
7. Asume que habrá heridas. Ten en cuenta que por más que intentes ser delicada, tu pareja siempre saldrá herida de la ruptura. Así que lo mejor sería que avises a alguien de confianza para que pueda cuidar de él durante los momentos posteriores a la ruptura.

8. Empatia. Por último, te recomiendo que trates a la que fue tu pareja como te gustaría que te tratasen a ti en un momento de esos, pero no olvides que quien tienes en frente soñó un futuro a tu lado y lo mínimo que debes brindarle es sinceridad, honestidad, consideración y respeto.

jueves, 26 de junio de 2014

mantener el cerebro en forma

Si queremos llegar a la vejez con un cerebro en perfectas condiciones hay que cuidarlo a lo largo de toda la vida. Más aún, incluso desde la infancia. Y para hacerlo nada mejor que seguir los típicos propósitos que nos hacemos en cada comienzo de año y que pronto abandonamos.
Incluso aprender un idioma nuevo ayuda a mantener el cerebro en forma. Todo cuenta, además de mantener el cerebro activo, debemos procurar que nuestra salud general sea la mejor posible.
Los propósitos que nos hacemos año tras año son una excelente manera de mantener en forma el cerebro. Eso sí, hemos de poner un poco de empeño en cumplirlos. La neurociencianos aporta nuevas razones nuevas para no abandonarlos, porque todos contribuyen a mantener nuestra mente. Y lo más importante, este decálogo cerebrosaludable habría que inculcarlo como hábito entre los más pequeños, para que desde la infancia se procuren un cerebro saludable.
Hacer ejercicio. El ejercicio retrasa la muerte de las neuronas y favorece el nacimiento de otras nuevas en el hipocampo, responsable del aprendizaje y la memoria. Por el contrario, el sedentarismo físico va asociado al mental y¡ a un mayor riesgo de deterioro cognitivo. Además la actividad física combate el estrés, es un potente antidepresivo, actúa como recompensa para el cerebro y nos protege de caer en las adicciones.
Comer de forma equilibrada. Los niveles de glucosa elevados y el colesterol perjudican al cerebro. Algunos estudios denominan al alzhéimer diabetes tipo III, en la que la resistencia a la insulina dificulta el trabajo de las células cerebrales. El colesterol alto también se relaciona en los estudios de asociación del genoma completo (gwas) con esta patología neurodegenerativa. No se libran los más pequeños, cada vez más sedentarios. Entre los que menos se mueven el colesterol, la glucosa y la hipertensión elevadas ya están dejando de ser excepciones.
Dejar de fumar. No se deje engañar por posibles efectos neuroprotectores de la nicotina. Si sus pulmones pierden capacidad (ese jadeo que le impide subir escaleras o caminar a paso rápido cuesta arriba), su cerebro recibe menos oxígeno, trabaja peor y sus neuronas se resienten.
Aprender un idioma nuevo. El cerebro de los adultos que se inician en una nueva lengua aumenta su grosor en determinadas regiones de la corteza relacionadas con el procesamiento acústico, comprensión y articulación de las palabras. También crece el hipocampo, implicado en la memoria y el aprendizaje. Además, el bilingüismo parece contribuir a aumentar la reserva cognitiva, que confiere cierta protección contra la enfermedad de Alzheimer. Y cuanto más se practique la segunda lengua más gana el cerebro en destreza y resistencia.
Doce meses, doce libros. Suena a campaña publicitaria, pero no lo es. La lectura es uno de los mejores ejercicios para mantener el cerebro en forma: aumenta la capacidad de concentración, promueve la empatía, favorece las conexiones entre neuronas y, si es un hábito frecuente, es un ejercicio útil para evitar la pérdida de las funciones cognitivas asociadas a la edad. Los beneficios se incrementan si lee en otro idioma.
Respirar aire puro. Desde hace décadas, los neurocientíficos sospechan que vivir en la urbe, además de acarrearnos enfermedades crónicas, tiene efectos adversos también en nuestra salud mental. Ansiedad, estrés, depresión o incluso esquizofrenia tienen más probabilidades de manifestarse en el entorno urbano. Y el riesgo aumenta cuando los primeros años de crianza han transcurrido sobre el asfalto.
Combatir el estrés. Este mal de nuestro tiempo envejece, mata neuronas y acorta los telómeros (lo que se relaciona también con las enfermedades neurodegenerativas). Sugerencias:_fomentar las relaciones sociales, practicar hobbies o meditar (que, según los últimos estudios, fortalece el cableado del cerebro: la conexión entre sus distintas zonas).
Cultivar las aficiones. Proporcionan placer, entretienen y disipan el aburrimiento, que es uno de los peores enemigos del cerebro. La rutina y la monotonía literalmente matan a nuestras neuronas. Escuchar música o practicarla, viajar, hacer puzzles, bailar… Cada uno puede optar por la que más le atraiga (Sobre pasarse horas mirando la tele hay bastantes reservas). Lo esencial es mantener el cerebro ocupado.
No escatimar horas al sueño. Dormir las horas suficientes es fundamental para un cerebro en forma. Durante el sueño nuestro cerebro no descansa. Al contrario, aprovecha para consolidar la memoria de las experiencias y nuevos conocimientos adquiridos durante el día. El sueño también sirve para regular el apetito. Algunos estudios relacionan la falta de sueño con la obesidad.
Ser optimista. Aumenta la creatividad, fortalece nuestro sistema inmune, nos hace estar de mejor humor… Son muchas las razones para ser optimistas y elegir la botella medio llena frente a la que está medio vacía (el contenido de líquido es el mismo ¿o no?). Pero no olvidemos que el optimismo ha de ser inteligente. Expertos como Seligman, Avia y Vázquez o Rojas Marcos nos lo han dejado por escrito. Por cierto, como recuerda Seligman, esta forma de ver la vida también se aprende. Y nunca es tarde para hacerlo.
Este decálogo se complementa bien con el saludable estilo de vida mediterráneo. No es solo la dieta (frutas, verduras, legumbres, pescado, pocas grasas..). Es también el carácter alegre, el fortalecimiento de las redes de familiares (la tradicional familia extensa), cultivar las amistades (las redes de apoyo social que tan beneficiosas son para el cerebro), la práctica de ejercicio, las actividades al aire libre. Durante muchos años nos han proporcionado una larga vida y una mente despierta. Desgraciadamente estamos abandonando no solo nuestra excelente dieta sino el estilo de vida que la acompaña. Puede que las próximas generaciones no disfruten de tan buena salud como la nuestra, si tenemos en cuenta las tasas de obesidad y sobrepeso entre los más jóvenes.

miércoles, 25 de junio de 2014

5 pasos para soportar las críticas

Como seres humanos que somos, podemos cometer errores. También vivimos sujetos a la envidia de los demás. Y, por lo tanto, es normal que tarde o temprano recibamos fuertes críticas, incluso por parte de aquellos que más confían en nosotros.



La diferencia entre aquellas personas que salen adelante y las que fracasan suele ser su capacidad para gestionar las críticas. Estas dañan nuestra autoestima, lo que provoca que dejemos de afrontar muchos retos por miedo a exponernos a más críticas. Sin embargo, si somos capaces de escuchar lo que los demás tienen que decir de nosotros, por mucho que no nos guste lo que vamos a oír, no solo no saldremos perjudicados, sino reforzados. Es otra expresión de la recurrente “resiliencia”, ese concepto tan de moda que habla de la capacidad para responder a las dificultades. 

No te pongas a la defensiva

La tentación, nada más recibir una crítica, es la de defendernos. Lo más probable es que comencemos a pensar en razones por las que nuestro interlocutor está equivocado, y así se lo haremos saber. Es natural: se trata del proceso mediante el cual protegemos nuestro orgullo y nuestra autoestima. Pero ¿a quién pretendemos engañar? Si se nos hace saber que hemos hecho algo mal, es probable que haya cierta razón en dichas palabras o que quizá estemos dando una imagen que no nos corresponde.
Peor aún que defendernos es contraatacar y echar otras cosas en la cara de aquel que nos ha criticado. Es ese “tú más” que no puede deparar nada bueno, ya que sólo perjudicará la relación sin que ninguno ponga nada por su parte para solucionar los problemas. Como recuerda la escritora Gretchen Rubin, autora de The Happiness Project, lo mejor es repetirse lo siguiente: “Doy la bienvenida a las críticas. Esa persona me está ayudando. Tengo ganas de escuchar lo que sea necesario para mejorar mi trabajo”.
No proyectes tus inseguridades en la crítica 
¿De verdad nos están criticando o simplemente es que somos demasiado inseguros? Como explica Susan Krauss en Psychology Today, tendemos a proyectar nuestra falta de confianza personal en las palabras de los demás. Cuanto más daño nos hace una crítica, más probable es que haya tocado un punto sensible que, incluso inconscientemente, sabemos que no es precisamente nuestro fuerte. En ocasiones, nos tomamos lo que es un comentario constructivo como algo destructivo, por lo que debemos conocer nuestras limitaciones para entender qué es aquello que nos pueden reprochar con razón. También debemos tener presente la posibilidad de tocar en nervio cuando critiquemos a los demás, por lo que hay que tener cuidado. Krauss sugiere que sigamos la estrategia de la “crítica sandwich”, es decir, introducir el reproche entre dos elogios. Ello no solo atenuará su efecto negativo, sino que hará más probable que nuestro interlocutor se muestre proclive a escucharnos.

No reacciones inmediatamente

Ante la crítica, lo mejor, en muchos casos, es callarse y asentir. Suena a mansa sumisión, pero especialmente si somos pasionales, es mejor darnos tiempo cuando estemos a solas para reflexionar sobre aquello que nos han dicho. Sólo entonces podremos distinguir lo útil de lo accesorio, y extraer una valiosa enseñanza. Uno de los grandes problemas de ser criticado es que podemos reaccionar exageradamente mal, lo que provocará que la otra persona no esté dispuesta a ayudarnos nunca más. Si contestamos en menos de diez segundos, será nuestro corazón quien hable; si lo hacemos un día más tarde, de forma calmada, será nuestra mente quien lo haga. Además, como recuerda Lori Deschene de Tiny Buddha, es un buen momento para practicar la escucha activa, y analizar cuidadosamente las palabras de la otra persona.
 

Identifica la fuente de la crítica 

Hasta este momento, hemos hablado de estrategias de aguante. Pero también es posible que la crítica no tenga nada de razón (algo que pensamos quizá con demasiada frecuencia). De igual manera que proyectábamos nuestras inseguridades sobre las palabras de los demás, puede ser que los demás proyecten sus problemas sobre nosotros. ¿Quién ha hecho la crítica? ¿En qué tono la ha realizado? ¿Tiene alguna razón para estar envidioso de nosotros? Puede ser una estrategia, incluso inconsciente, para hacernos fracasar, especialmente si es nuestro competidor. Piensa si la crítica puede ser en realidad un argumento ad hominem, y réstale importancia. Incluso en dicho caso, es preferible callar que contraatacar.
 
Deshazte de lo dañino y quédate con lo útil
Las críticas más despiadadas pronunciadas por nuestros peores enemigos pueden tener parte de razón. Para evitar que nuestro orgullo salga herido, solemos quedarnos con la forma y no con el contenido. Las palabras fieras pueden encubrir una gran verdad, así que, aunque no aceptemos ser tratados injustamente, en nuestro fuero interno debemos hacer ejercicio de autocrítica y juzgar si de verdad debemos cambiar algo de nuestro comportamiento. Al final, nosotros debemos ser nuestros mejores (y más rigurosos) críticos. Los demás simplemente nos proporcionan las pistas para que cambiemos nuestro comportamiento a mejor. No es fácil, pero sólo ello nos permitirá subsanar nuestros defectos.  

martes, 24 de junio de 2014

No dormir puede Matarte

Tres ciudadanos chinos han fallecido, aparentemente, por permanecer despiertos para ver el Mundial de Brasil. ¿Es esto posible? Un experto en trastornos del sueño resuelve las dudas al respecto



Hasta tres aficionados chinos han fallecido en lo que llevamos de Mundial. La causa, según revelaban esta semana varios medios de comunicación, no ha sido otra que el hecho de haber permanecido en vela varias noches seguidas con tal de no perderse ningún partido, entre ellos, el fatídico España-Holanda. Los aficionados, de edades muy dispares —24, 51 y 39 años— no han sido, sin embargo, las primeras personas a quienes la falta de sueño les cuesta la vida, pues lo cierto es que el poblado país oriental ya ha sido escenario de tragedias similares durante los últimos Mundiales y Eurocopas.

Y es que el descanso nocturno no debe nunca tomarse a la ligera. El sueño es, recalca Estivill, «un taller de reparación, restauración y memorización, pues durante la noche reparamos y restauramos todo lo que hemos gastado durante el día para poder utilizarlo de nuevo al día siguiente». ¿Cuántas horas deberemos dormir entonces para restaurar todo lo que gastamos? En opinión de Estivill, deberemos siempre tener en cuenta que las horas de sueño varían en función de la edad. «Un niño de cinco años, que se mueve mucho, debe dormir al menos 11 horas; el adolescente, 9; el adulto, 8 y el adulto mayor —a partir de los 65 años— tendrá suficiente con 6 horas».

Si no respetamos las tan necesarias horas de descanso, es posible que, como señala el especialista, «suframos cansancio, mal humor, perdida de la concentración, irritabilidad, lentitud de respuestas cognitivas... En definitiva, signos evidentes que nos hacen saber que que tenemos una falta de sueño problemática».

También,  la falta de sueño incrementa los riesgos de sufrir algún tipo de cáncer en un futuro ya que «nuestra inmunidad es menor y somos más susceptibles a sufrir la enfermedad». Respecto a los problemas cognitivos que no descansar lo suficiente puede generar, la falta de memoria, concentración y, sobre todo, lentitud en la toma de decisiones.

En este sentido, un reciente estudio de la Escuela de Medicina de la Universidad de Pensilvania, en Estados Unidos, mostró hace algunos meses una preocupante evidencia de que la pérdida crónica de sueño puede ser más grave de lo que se pensaba hasta ahora e incluso provocar daños físicos irreversibles y la pérdida de células cerebrales.

lunes, 23 de junio de 2014

Etapas más conflictivas en la relación

La ilusión de tener al lado a alguien que te trasmite cariño, amor, y que te comprende lleva a muchas parejas a tomar la decisión de compartir sus vidas y casarse con la convicción de que será para siempre. Sin embargo, lo que en principio puede parecer un cuento de hadas, no siempre es así. 
Tanto la realidad del día a día, que cada vez puede resultar más estresante, como la vida en pareja lleva consigo multitud de situaciones que pueden poner en riesgo la estabilidad de la pareja. Hay que saber cómo hacerles frente para superarlas, pero sobre todo pensar que juntos se pueden superar. Pero, ¿cuáles son esas etapas más conflictivas en la relación?

La primera de ellas es el inicio de la convivencia. «Éste es un momento de adaptación en el que realmente empiezas a conocer de verdad al otro pues ya no solo presenta su mejor cara, sino que también le vemos cuando está enfermo, de mal humor, recién levantado… y muestra sus manías y hábitos. Comenzar a vivir juntos supondrá, además, que ambos tendrán que negociar para llegar a acuerdos en las tareas de la casa, temas económicos… lo que puede dar lugar a algún que otro roce hasta que los límites y normas queden bien establecidos».

La llegada del primer hijo

Pasado este primer momento llega un periodo de mayor tranquilidad hasta la llegada del primer hijo. Se trata de un momento, por lo general, muy esperado por la pareja, pero no se puede obviar, que también es una fuente importante de estrés puesto que la responsabilidad de cuidar a un bebé conlleva muchas dudas y miedos. La pareja tendrá que adaptarse a ese nuevo ser que formará parte de la familia y que requerirá de toda la atención de sus padres. «En este momento  cambian los horarios, se duerme menos, hay menos espacios dedicados a la pareja y a los momentos de intimidad, lo que puede hacer que surjan, en ocasiones, emociones negativas en alguno de los padres de sentirse en un segundo plano, sobre todo cuando alguno de ellos se vuelca en el cuidado del niño. Es una etapa en la que se genera un contexto propicio para que aparezcan fricciones, pues ambos están cansados y estresados y hay poco espacio para los dos. Ahora gira todo en torno al bebé».

Estancamiento

Otra de las situaciones que pueden llegar a provocar una crisis en la pareja es que vivan un periodo de estancamiento mantenido en el tiempo. Es habitual que ocurra cuando llevan años en pareja y no han dado pasos en común, ya sea casarse, tener hijos, cambio de casa… «Uno de los aspectos que mantiene a flote una pareja y que mayor satisfacción proporciona es desarrollar proyectos en común que generan sentimientos de crecimiento y de avanzar juntos»

Desgaste por circustancias personales

En otras ocasiones no se produce este estancamiento mantenido en el tiempo, pero sí unas circunstancias de convivencia en la pareja que provocarían momentos difíciles. Como en el caso de que la pareja construya su vida en un contexto en el que reina la rutina, no hay casi tiempo de calidad en la pareja y ambos se centran en sus trabajos u obligaciones dejando en un segundo plano a la pareja y llevándola a un estado de desgaste y desilusión que acabará por generar problemas de más gravedad.

Contratiempos en la salud o el trabajo

La especialista en parejas, añade que puede ocurrir también que alguno de los miembros del matrimonio padezca algún problema físico o enfermedad mental. «En esta circunstancia ambos sufren mucho y puede llegar a suponer momentos de mucha frustración y desequilibrio, pues será uno de ellos el que asuma las riendas y tire de la pareja mientras que el otro se recupera».
Algo similar sucede cuando alguno de los dos se queda sin empleo y empiezan a aparecer problemas de dinero y el otro compensa esa responsabilidad económica. En este caso, el que se queda sin trabajo comienza a sentirse menos útil y pueden surgir sentimientos negativos respecto a su persona y al papel que juega en la pareja y acabar afectando a la relación. Y, por otra parte, el que trabaja más se siente sobrecargado.

Cuando los hijos se van de casa

Otro momento crítico surge cuando los niños se hacen adultos y se van de casa, pero llega lo que se conoce como el síndrome del nido vacío. Esta nueva situación puede suponer un problema cuando la pareja se ha centrado en el cuidado de los hijos. «Ahora cuando se ven los dos solos, sin ese punto de unión, tienen que volver a reinventarse y construir nuevos lazos . Algo parecido sucede cuando llega la jubilación y ambos pasan más tiempo en casa».
«En muchas ocasiones se encuentran como dos desconocidos que llevan toda la vida viviendo juntos pero que ahora no saben de qué hablar o cómo compartir su tiempo. Esos huecos que antes dedicaban al trabajo ahora han quedado libres y sienten un vacío que tendrán que volver a llenar y aprender a compartir con su pareja».

Un hecho traumático

Otra de las circunstancias más difíciles por las que puede pasar una pareja es afrontar un hecho traumático como la muerte de un familiar o la enfermedad de un hijo. Algunas parejas se unen y establecen unos lazos más fuertes. Sin embargo en otras ocasiones conlleva la separación debido a que cada uno se encierra en sí mismo, lo que supone un distanciamiento. Relacionado con ello estarían las cargas familiares de alguno de los miembros de la pareja que pueden provocar una sobrecarga e interferir en la dinámica de la relación.
Los engaños, infidelidades o mentiras vulneran uno de los pilares más importantes en los que se sustenta una pareja: la confianza. Si ésta falla se producirá una espiral de inseguridad y demandas constantes que provocarán un distanciamiento mayor.

Los cambios evolutivos


Por otra parte,  «no podemos olvidarnos de los cambios evolutivos que en cada uno se sucederán —la menopausia o andropausia, cambios corporales después de los embarazos, dificultades físicas, vejez…—. A todos ellos deberán enfrentarse tanto personalmente como en pareja pues estos cambios repercutirán en el estado de ánimo y en la autoestima de la persona y, por tanto, en el modo de relacionarse con el otro también».

sábado, 21 de junio de 2014

10 consejos para convivir en pareja felizmente

Todo tipo de convivencia en pareja, sin importar cuán felices sean, deben esforzarse en mantener la relación funcionando. Al convivir en pareja surgen una gran variedad de problemas y malentendidos que pueden desgastar la relación con el paso del tiempo. 

Para tener una convivencia feliz y duradera, hace falta desarrollar hábitos que les permitan superar las dificultades y fortalecer el amor que sienten el uno por el otro.

 1. Ataca el problema, no a tu pareja. Todos los matrimonios tienen discusiones. Sin embargo, para convivir en pareja hace falta atacar los problemas y resolverlos, no criticar al otro. Con las críticas destructivas sugerimos que nuestra pareja es el problema. Aprende a discutir de forma constructiva para identificar los problemas, de modo que ambos puedan trabajar en conjunto para resolverlos.
 2. Admite cuando te equivocas. Todos los seres humanos pueden equivocarse, pero no todos tienen el carácter para decir “Estaba equivocado”. Para resolver los problemas que surgen al convivir en pareja es necesario disculparse cuando se comete un error.
 3. Comunícate. La comunicación sana es vital para convivir en pareja felizmente. Es importante que dediques aunque sea unos pocos minutos al día para hablar con tu pareja, preguntarle cómo estuvo su día y escucharla con atención.
 4. Acepta a tu pareja como es. Para convivir en pareja sanamente, tenemos que aprender a aceptar el carácter y los valores del otro. Tienes que aceptar que no es posible cambiar a tu pareja y, si lo intentas, eso producirá problemas más adelante.
 5. Pasa tiempo solo y con tu pareja. Todos los matrimonios necesitan pasar tiempo juntos, pues al tener intereses comunes y hacer actividades emocionantes la relación se hará cada vez más sólida. No obstante, para aprender a convivir en pareja ta
 6. Vayan a la cama al mismo tiempo. Para convivir en pareja felizmente, mantengan el mismo horario de sueño y duerman juntos, aunque alguno tenga que levantarse más temprano. Dormir juntos no solo les permitirá mantener una vida sexual regular, sino que también les dará tiempo para hablar.
 7. Di “Te amo” con frecuencia. Expresar tu amor es fundamental para tu relación. Aunque quizás tu pareja ya sepa que la amas, no permitas que lo olvide. Además, si hay algún problema importante surgido al convivir en pareja, al decir “Te amo” comunicas que la relación es más importante que el problema en sí mismo.
 8. Sigue coqueteando. Cuando conociste a tu pareja coqueteaste con ella para demostrar que te sentías atraído, pero quizás dejaste de coquetear al comenzar la relación. Para convivir en pareja es necesario demostrar que aún sientes atracción como el primer día que se conocieron.
 9. Actitud positiva. Una actitud positiva y optimista produce un sentimiento de bienestar en general. Si buscas defectos en tu pareja, con toda seguridad podrás encontrar algunos, pero si buscas sus virtudes, también podrás mencionar varias. Enfocarte en los aspectos positivos de la relación te ayudará a convivir en pareja con una mayor alegría.
 10. Demuestra tu afecto. Para convivir en pareja es importante que siempre se mantengan las muestras de ternura y afecto. Los matrimonios felices se ven siempre caminando juntos, tomados de la mano o abrazados. Estos pequeños gestos ayudan a tu pareja a sentirse querida y apreciada.

viernes, 20 de junio de 2014

CONFLICTOS QUE CAUSAN AUMENTO DE PESO


Aunque las tasas de obesidad se están incrementando entre todas clases sociales, la obesidad es frecuentemente vista como un signo de estatus socio económico bajo. A la luz de las leyes biológicas, la pobreza se vincula con un aumento de las incidencias de los conflictos biológicos.

En las culturas occidentales modernas, la forma del cuerpo obeso es ampliamente considerado no atractivo y muchos estereotipos negativos están comúnmente asociados con la gente obesa. La celulitis (una inflamación difusa del tejido conectivo con inflamación severa de las capas de la dermis y tejido subcutáneo de la piel = fase de resolución, con recaídas) también corresponde a un conflicto « moderno » vinculado con la publicidad y los estereotipos de perfección física: el conflicto de silueta.

El tratamiento convencional « alimentación sana y ejercicio » funciona solamente cuando la persona ya solucionó su conflicto (con o sin que se reduzcan las cantidades de lo que se come, el resultado será una pérdida de peso). Porque de lo contrario, se recuperará el peso perdido o ni siquiera se reducirá un gramo.

¿Cuáles son los conflictos más comunes?

1. Conflicto de proximidad Incesto, violación, abusos sexuales, contactos íntimos no deseados, abuso infantil…Significado biológico (o contenido biológico) : engordar para alejar o desalentar al o a los depredadores. En la naturaleza, observamos el animal hincharse para desanimar el ataque. El trauma psíquico puede estar acompañado de un trauma físico o existir independientemente de él. Debido al hecho de que el acontecimiento puede ser muy molesto y doloroso, olvidar detalles o hechos del trauma o, también, gracias a un mecanismo de protección del cerebro, no recordarse el evento traumatizante (apartado del campo consciente y disfrazado a través de síntomas, la obesidad siendo uno). Verificar: la tendencia a la introversión o extroversión, las necesidades de seguridad (paranoia), autoestima, etc.

Ejemplos de lo que el inconsciente "piensa":
- Si estoy gorda (o), jamás volveré a sufrir por el abandono de un hombre (mujer).
- Si estoy gorda, mi marido no me exigirá relaciones sexuales.
- Si estoy gorda, puedo dedicarme a mis hijos y no ser atractiva para nadie.
- Si estoy gorda (o), nadie me hace daño, estoy protegida (o).
- Si estoy gorda (o), ya nadie me puede violar porque no seré atractiva (o).
- Si estoy gorda (o), mi papá ya no me tocará.

2. Miedo a la falta de Dinero, alimento, bienes, (verificar la temática recurrente y si la persona colecciona cosas), la persona acumula (cosas y peso) para resistir, para sobrellevar. Es un mecanismo de supervivencia.

Ejemplo de lo que el inconsciente "piensa":
- Si estoy gorda (o), puedo vivir segura (o).
- Si estoy gorda (o), sé que vivo abundancia.
- Si estoy gorda (o), no me falta dinero.
- Si estoy gorda (o), soy muy feliz.
- Si estoy gorda (o), nadie espera nada de mí.

3. Sentirse pequeño y vulnerable Al nivel real o simbólico, si la persona se siente “pequeña” engordará para atraer la atención, con el fin de darse importancia a uno mismo o desalentar los comentarios desagradables (no vale nada; en ese sentido alejar un depredador “verbal”).

Ejemplo de lo que el inconsciente "piensa":
- Si estoy gorda (o), como lo está mi pareja, nunca me dejará.
- Si estoy gorda (o), nadie puede ver mi sufrimiento.
- Si estoy gorda (o), me siento poderosa (o) y fuerte.
- Si estoy gorda (o), los demás me dejan ser como quiero ser.
- Si estoy gorda (o), tengo el pretexto perfecto para fallar.

La obesidad localizada en la cadera, muslos, glúteos, es querer alejarse. Es querer establecer una barrera entre uno mismo y los demás, es no querer tener relaciones sexuales, es proteger mi vulnerabilidad.

Si mi obesidad se encuentra en el abdomen, tengo miedo a la falta de dinero, de trabajo, de casa, de solvencia económica, de alimento, miedo a perder mi seguridad (sea lo que sea que esto signifique para mi: familia, pareja, hijos, etc. ).

Como vemos, buena parte de lo que en nuestra vida hacemos es inconsciente y, por lo tanto, la gente se comporta de manera que ella misma no entiende. Porque nadie en su sano juicio, permitiría de manera intencional, lastimar su cuerpo, su peso, pero el sobrepeso lo único que revela es la existencia de conflictos emocionales no bien gestionados, no solucionados. Y bajo esta circunstancia, todo aquello que mi cuerpo presente: obesidad, adiposidad, carnosidad, corpulencia, celulitis, grasa, etc. No es más que una señal de que "emocionalmente no estoy bien". 

jueves, 19 de junio de 2014

9 maneras de manejar el estrés

¿Los problemas en el trabajo, tensiones familiares, falta de dinero o conflictos con tu pareja te tienen estresado? Estos consejos son para ti.
Los problemas anteriores son factores que aumentan el nivel de estrés. Sin embargo, expertos aseguran que el verdadero problema está en el paciente que se refugia en este diagnóstico para escapar de su rutina. Por eso tres especialistas recomiendan cómo manejar este mal adecuadamente para que no pierda el control de su vida.

1. Dedique 15 minutos al día a relajarse. En la mañana, antes de salir a trabajar, recuéstese en un lugar cómodo y de su agrado. Concéntrese en aflojar todos los músculos del cuerpo. Mientras lo hace, piense cosas positivas.
2. Respire profundo. Es decir, expanda el abdomen al momento de inhalar y húndalo al exhalar. La respiración relaja no solo el cuerpo sino el cerebro. Así se reorganizan actividades con mayor facilidad, lo que despierta una sensación de control.
3. Busque una actividad que lo tranquilice. Ir a comer, salir de compras, pasar un rato con su familia, ir a cine, caminar, bailar o cantar son actividades que lo alejan de las tensiones, ya que ayudan a quemar energía de manera positiva, lo cual relaja el cuerpo y estimula el cerebro.
4. No se refugie en el diagnóstico para no realizar actividades. La palabra estrés se convirtió en la excusa perfecta para no tener que hacer cosas que generan pereza o aburrimiento. Lo mejor es buscar una manera diferente de hacerlas que nos suba el ánimo y de paso estimule nuestra creatividad y energía.
5. Tome consciencia de que no siempre se tiene lo que se quiere. Para controlar el estrés es importante entender que las frustraciones solo retrasan la búsqueda de tranquilidad. Es mejor levantarse y pensar que se obtiene lo que se necesita y aprender a sacarle el máximo provecho.
6. Haga ejercicio que no implique competencia. De esta manera el logro es personal y no hay lugar para comparaciones molestas e inquietantes que generan frustración.

7. Realice actividades al aire libre lejos del ambiente de la o ficina. Deportes que tengan contacto con el agua son esenciales para relajarse y despejar la mente ya que dan la sensación de ser más livianos.
8. No consuma alimentos enlatados ya que contienen altas cargas de colorantes y preservativos que aceleran el metabolismo y aumentan el estrés. Comer frutas y vegetales no solo mantiene limpio el organismo sino que controla los niveles de energía que regulan el comportamiento, evitando tics nerviosos y falta de concentración.
9. Siéntese bien y camine derecho. Mantenga la espalda completamente recta. De esta manera mantiene despejado el canal central que une el corazón con la columna vertebral.


miércoles, 18 de junio de 2014

TERAPIA DE PAREJA

Las relaciones de pareja son aquellas donde el conflicto surge más fácilmente. En esta área estamos hablando de nosotros, de la otra persona y del vínculo que hemos formado. Las cosas a mejorar pueden ir enfocadas hacia los celos, hacia una mayor demanda de atención por parte de nuestra pareja, hacia el deseo de tener más relaciones (ligar más, tener pareja, ser más popular entre el otro sexo) o en discusiones cuando llega la rutina en relaciones largas. En todos los casos hay cosas que podemos hacer para mejorar y sentirnos más a gusto en este ámbito.
Si se da terapia de pareja, la intervención terapéutica es como hacer una intervención a tres, con tres focos donde deberemos poner la atención. Ello aumenta la dificultad pero también tiene una ventaja: tenemos tres lugares donde poder intervenir. Una alternativa es empezar individualmente y continuar en pareja; en muchos casos el problema en sí no lo tenemos con la persona que nos acompaña en la vida si no con algo personal que no hemos resuelto. Quizás necesitemos excesiva atención por parte del otro, o seamos demasiado dejados en nuestras relaciones personales, o tantos otros factores que como decía más arriba se pueden solucionar.
Cuando surgen problemas en la pareja los psicólogos incidimos en dos aspectos principales: el disminuir las interacciones negativas y el aumentar las interacciones positivas. El primero parece obvio y es el que demandan muchas personas en consulta: queremos discutir menos, enfadarnos con menor frecuencia. Pero el segundo es fundamental: deberemos aumentar los buenos momentos, los ratos agradables, las sorpresas, los piropos para que así la relación sea sana y crezca. Piensa en una ratio de 3 a 1; por cada interacción negativa, para que la pareja crezca y se fortalezca, deben de darse 3 positivas. la solución de problemas y negociación son fundamentales. Y esto es algo que se puede aprender sin ninguna duda y actualmente disponemos de herramientas eficaces para ello.


martes, 17 de junio de 2014

Spornosexual, la nueva generación de hombres

El metrosexual da paso a un nuevo tipo de hombre: el spornosexual


El término spornosexual nace de la fusión de "sport" y "porno", es decir, ejercicio físico y exhibición. Tal y como explica su creador, estos hombres solo quieren gustar por sus enormes músculos esculpidos a base de mancuerna y batido de proteína, dejando en segundísimo plano otros aspectos como la ropa, los cosméticos y, lo que es más preocupante, la culturaAdemás, les encanta colocarse ligeritos de ropa delante de un espejo, sacar el móvil y echarse selfiescomo si no hubiese un mañana, para a continuación compartirlas Facebook, Twitter o Instagram y que tanto hombres como mujeres (al spornosexual poco le importa el sexo de sus seguidores) le digan lo estupendo que está.
¿Estamos ante el narcisismo en último extremo? 



El creador del término metrosexual hace 20 años, Mark Simpson, declara muerto el término y descubre al que lo sustituye: el ‘spornosexual’. Ese “sporno” viene de la mezcla entre ‘sports’ (deporte) y ‘porno’. Y lo explica así: “El spornosexual es un hombre que quiere ser deseado por su cuerpo, no por su armario. Y mucho menos por su cabeza”.

Según Simpson, este nuevo ‘especimen’ de hombre se encuentra deseable y está más obsesionado con su cuerpo que el metrosexual. El spornosexual cuida sus músculos y le gusta fotografiarse con la menor cantidad de ropa posible: en sus numerosos selfies, donde muestra sus músculos, piercings y tatuajes y que cuelga en las redes sociales, aparece habitualmente enfrente de un espejo con poca ropa. Y vienen, van o están en el gimnasio. Muchos no son famosos, pero acumulan ‘me gusta’ con cada foto sin camiseta que aparece en Instagram. Esta “segunda generación de metrosexuales”, como Simpson califica a los spornosexuales, ponen el acento en la parte ‘sexual’ del término ‘metrosexual’.


Según el periodista, los ‘spornosexuales’, a pesar de su heterosexualidad, están enamorados de sí mismos, van al gimnasio de día, ven pornografía de noche y se preocupan más por su cuerpo que por su ropa y sus mentes, un poco más que el metrosexual.


Esto también lo apunta Simpson: “Sus propios cuerpos, más que cualquier producto, se han convertido en el accesorio último. En el gimnasio los convierten en una mercancía excitante que comparten y comparan”. No discriminan entre hombres y mujeres a la hora de recibir comentarios o halagos porque no tienen miedo a que otros hombres le deseen.

Simpson pone como ejemplo de spornosexual a Dan Osborne, salido de un reality show británico llamado ‘The only way is Essex’. Este programa de telerrealidad va de jóvenes guapos y de clase acomodada que viven terribles problemas de primer mundo. 


En fin... Larga vida al intelectual.