martes, 17 de junio de 2014

Spornosexual, la nueva generación de hombres

El metrosexual da paso a un nuevo tipo de hombre: el spornosexual


El término spornosexual nace de la fusión de "sport" y "porno", es decir, ejercicio físico y exhibición. Tal y como explica su creador, estos hombres solo quieren gustar por sus enormes músculos esculpidos a base de mancuerna y batido de proteína, dejando en segundísimo plano otros aspectos como la ropa, los cosméticos y, lo que es más preocupante, la culturaAdemás, les encanta colocarse ligeritos de ropa delante de un espejo, sacar el móvil y echarse selfiescomo si no hubiese un mañana, para a continuación compartirlas Facebook, Twitter o Instagram y que tanto hombres como mujeres (al spornosexual poco le importa el sexo de sus seguidores) le digan lo estupendo que está.
¿Estamos ante el narcisismo en último extremo? 



El creador del término metrosexual hace 20 años, Mark Simpson, declara muerto el término y descubre al que lo sustituye: el ‘spornosexual’. Ese “sporno” viene de la mezcla entre ‘sports’ (deporte) y ‘porno’. Y lo explica así: “El spornosexual es un hombre que quiere ser deseado por su cuerpo, no por su armario. Y mucho menos por su cabeza”.

Según Simpson, este nuevo ‘especimen’ de hombre se encuentra deseable y está más obsesionado con su cuerpo que el metrosexual. El spornosexual cuida sus músculos y le gusta fotografiarse con la menor cantidad de ropa posible: en sus numerosos selfies, donde muestra sus músculos, piercings y tatuajes y que cuelga en las redes sociales, aparece habitualmente enfrente de un espejo con poca ropa. Y vienen, van o están en el gimnasio. Muchos no son famosos, pero acumulan ‘me gusta’ con cada foto sin camiseta que aparece en Instagram. Esta “segunda generación de metrosexuales”, como Simpson califica a los spornosexuales, ponen el acento en la parte ‘sexual’ del término ‘metrosexual’.


Según el periodista, los ‘spornosexuales’, a pesar de su heterosexualidad, están enamorados de sí mismos, van al gimnasio de día, ven pornografía de noche y se preocupan más por su cuerpo que por su ropa y sus mentes, un poco más que el metrosexual.


Esto también lo apunta Simpson: “Sus propios cuerpos, más que cualquier producto, se han convertido en el accesorio último. En el gimnasio los convierten en una mercancía excitante que comparten y comparan”. No discriminan entre hombres y mujeres a la hora de recibir comentarios o halagos porque no tienen miedo a que otros hombres le deseen.

Simpson pone como ejemplo de spornosexual a Dan Osborne, salido de un reality show británico llamado ‘The only way is Essex’. Este programa de telerrealidad va de jóvenes guapos y de clase acomodada que viven terribles problemas de primer mundo. 


En fin... Larga vida al intelectual.

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