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lunes, 7 de julio de 2014

Falta de deseo sexual: por qué ellas le huyen a la intimidad




 La libido femenina es frágil ante los cambios y ante diferentes circunstancias y es por eso que muchas mujeres buscan ayuda en momentos puntuales de su vida. Un estudio al respecto realizado por la Universidad de California reveló que las mujeres envejecen mejor y alargan su vida si tienen una vida sexual activa y satisfactoria. También los psicólogos, sexólogos y profesionales de lasalud aseguran que los beneficios de una vida sexualactiva son innumerables (entre otros, está el control del peso). El disfrute sexual en la mujer ayuda a dormir mejor y a luchar contra el estrés. 
Hay mujeres que cuándo baja su libido, el sexo simplemente deja de existir. No lo echan de menos, sin embargo, psicológicamente sí lo están necesitando y si tienen pareja, esa falta de deseo sexual y la falta de caricias y de actividad íntima los va alejando. Es entonces, cuando la mujer suele tomar cartas en el asunto, buscando soluciones para elevar sulibido y volver a ser como era. La buena noticia es que generalmente, la libido vuelve, aunque a veces haya que tomar algún suplemento (potenciador sexual femenino), que los hay muy efectivos hoy en día.

¿Qué influye en la pérdida de la libido femenina?

Los factores que influyen en el apetito sexual femenino son muchos. Vamos a enumerar algunos de dichos factores:

Sobrepeso

Las células grasas cambian el equilibrio de las hormonas sexuales del cuerpo de la mujer. Aunque el sobrepeso no sea un factor determinante y lo podemos ver en muchas mujeres que a pesar de tener sobrepeso, tienen una vida sexual satisfactoria. El exceso de peso afecta principalmente cuando se ve mermada la autoestima. Si una mujer no está conforme consigo misma, negativiza el concepto que tienen de su cuerpo y eso se refleja en su libido.

Estilos de vida poco saludables

Ejercicio y estar en buena forma física y mental son una de las mejores fórmulas para tener la libido en buenas condiciones y por ende, una vida sexualPotenciadores sexuales plena. Lo mismo ocurre con las personas que no fuman, que no beben y que se sienten saludables.

Anticonceptivos

Los anticonceptivos afectan al deseo sexual de las mujeres por una ingesta de'antibabies' se desequilibra el sistema hormonal natural del cuerpo. Hay que tomar en cuenta que los anticonceptivos producen tipos de hormonas que limitan a otras y las vuelve ‘inactivas’ con el fin de que no se llegue a buen término con el ciclo de la procreación. Eso hace que muchas mujeres literalmente se ‘apaguen’ en su libido.

Cansancio físico, falta de sueño o fatiga

El cansancio físico afecta en todo aspecto de la vida, incluso en las relaciones sociales y sexuales. Prueba de ello, es que la mayor parte de las relaciones sexuales de una pareja, se producen en fines de semana, cuándo las ocupaciones diarias no les están abrumando. Ocurre lo mismo cuándo hay insomnio, cuándo hay falta de ocio, o hay alguna enfermedad que limita las energías.

Deseo sexual femeninoDar a luz un bebé

Las mujeres que acaban de tener un hijo generalmentepierden la libido. La prolactina hace que el deseo sexual baje. La prolactina es la hormona que se produce durante el período de lactancia. La vida sexual de una mujer que ha dado a luz se ve apagada debido a los cambios hormonales, la falta de sueño y también, porque la pareja suele distanciarse debido a las mismas tareas que representa cuidar del bebé.

Ingesta de medicamentos

Hay medicamentos que afectan directamente a la libido. Algunos de estos son los antidepresivos. Este tipo de drogas activan un neurotransmisor que se llama serotonina, el cual inhibe el deseo sexual (tanto en hombres, como en mujeres). Estos medicamentos son bastante efectivos en tratar la eyaculación precoz. Otros medicamentos que bajan la libido son los que algunas drogas narcóticas e incluso algunas que son ilegales (como la cocaína), etc.

Problemas personales en la pareja

La falta de confianza, los celos, la falta de comunicación, pueden afectar la libido. Cualquier debilidad psicológica en la pareja puede verse reflejado en el deseo sexual femenino, ya que lalibido de la mujer es mucho más susceptible a los factores psicológicos, que la libido masculina.
La situación emocional es un círculo vicioso que se cierra en la cama. Si no se está a gusto, seguramente baja el interés de una de las dos partes, afectando necesariamente al otro. Si no hay ganas, no hay ternura, si no hay ternura, hay alejamiento, si hay alejamiento, no hay apetito sexual.

Dolores crónicos

“Me duele la cabeza”, “tengo jaqueca” “tengo un terrible dolor de espaldas”… esto no siempre son excusas para no estar dispuesta. Generalmente esFalta de deseo sexual verdad y muchas veces, aun teniendo dolores, se tienen ganas, pero ni el deseo, ni las respuestas sexuales tienen la misma intensidad. El mismo dolor llega a ser una fuente de distracción, acabando con el deseo.

Estrés y cambios importantes

Cambios de la vida como perder el trabajo, tener un hijo, cambiarse de casa o de ciudad, trabajos estresantes o eventos emocionantes, pueden hacer que se pierda la libido. El interés sexual también puede ser sustituido por una gran ilusión o un plan vehemente. El estrés en general quizás genere alguno de los problemas que hemos mencionado anteriormente: falta de sueño, desconcentración, ganar peso, empezar a fumar, etc. Factores todos que afectan a la libido.




lunes, 23 de junio de 2014

Etapas más conflictivas en la relación

La ilusión de tener al lado a alguien que te trasmite cariño, amor, y que te comprende lleva a muchas parejas a tomar la decisión de compartir sus vidas y casarse con la convicción de que será para siempre. Sin embargo, lo que en principio puede parecer un cuento de hadas, no siempre es así. 
Tanto la realidad del día a día, que cada vez puede resultar más estresante, como la vida en pareja lleva consigo multitud de situaciones que pueden poner en riesgo la estabilidad de la pareja. Hay que saber cómo hacerles frente para superarlas, pero sobre todo pensar que juntos se pueden superar. Pero, ¿cuáles son esas etapas más conflictivas en la relación?

La primera de ellas es el inicio de la convivencia. «Éste es un momento de adaptación en el que realmente empiezas a conocer de verdad al otro pues ya no solo presenta su mejor cara, sino que también le vemos cuando está enfermo, de mal humor, recién levantado… y muestra sus manías y hábitos. Comenzar a vivir juntos supondrá, además, que ambos tendrán que negociar para llegar a acuerdos en las tareas de la casa, temas económicos… lo que puede dar lugar a algún que otro roce hasta que los límites y normas queden bien establecidos».

La llegada del primer hijo

Pasado este primer momento llega un periodo de mayor tranquilidad hasta la llegada del primer hijo. Se trata de un momento, por lo general, muy esperado por la pareja, pero no se puede obviar, que también es una fuente importante de estrés puesto que la responsabilidad de cuidar a un bebé conlleva muchas dudas y miedos. La pareja tendrá que adaptarse a ese nuevo ser que formará parte de la familia y que requerirá de toda la atención de sus padres. «En este momento  cambian los horarios, se duerme menos, hay menos espacios dedicados a la pareja y a los momentos de intimidad, lo que puede hacer que surjan, en ocasiones, emociones negativas en alguno de los padres de sentirse en un segundo plano, sobre todo cuando alguno de ellos se vuelca en el cuidado del niño. Es una etapa en la que se genera un contexto propicio para que aparezcan fricciones, pues ambos están cansados y estresados y hay poco espacio para los dos. Ahora gira todo en torno al bebé».

Estancamiento

Otra de las situaciones que pueden llegar a provocar una crisis en la pareja es que vivan un periodo de estancamiento mantenido en el tiempo. Es habitual que ocurra cuando llevan años en pareja y no han dado pasos en común, ya sea casarse, tener hijos, cambio de casa… «Uno de los aspectos que mantiene a flote una pareja y que mayor satisfacción proporciona es desarrollar proyectos en común que generan sentimientos de crecimiento y de avanzar juntos»

Desgaste por circustancias personales

En otras ocasiones no se produce este estancamiento mantenido en el tiempo, pero sí unas circunstancias de convivencia en la pareja que provocarían momentos difíciles. Como en el caso de que la pareja construya su vida en un contexto en el que reina la rutina, no hay casi tiempo de calidad en la pareja y ambos se centran en sus trabajos u obligaciones dejando en un segundo plano a la pareja y llevándola a un estado de desgaste y desilusión que acabará por generar problemas de más gravedad.

Contratiempos en la salud o el trabajo

La especialista en parejas, añade que puede ocurrir también que alguno de los miembros del matrimonio padezca algún problema físico o enfermedad mental. «En esta circunstancia ambos sufren mucho y puede llegar a suponer momentos de mucha frustración y desequilibrio, pues será uno de ellos el que asuma las riendas y tire de la pareja mientras que el otro se recupera».
Algo similar sucede cuando alguno de los dos se queda sin empleo y empiezan a aparecer problemas de dinero y el otro compensa esa responsabilidad económica. En este caso, el que se queda sin trabajo comienza a sentirse menos útil y pueden surgir sentimientos negativos respecto a su persona y al papel que juega en la pareja y acabar afectando a la relación. Y, por otra parte, el que trabaja más se siente sobrecargado.

Cuando los hijos se van de casa

Otro momento crítico surge cuando los niños se hacen adultos y se van de casa, pero llega lo que se conoce como el síndrome del nido vacío. Esta nueva situación puede suponer un problema cuando la pareja se ha centrado en el cuidado de los hijos. «Ahora cuando se ven los dos solos, sin ese punto de unión, tienen que volver a reinventarse y construir nuevos lazos . Algo parecido sucede cuando llega la jubilación y ambos pasan más tiempo en casa».
«En muchas ocasiones se encuentran como dos desconocidos que llevan toda la vida viviendo juntos pero que ahora no saben de qué hablar o cómo compartir su tiempo. Esos huecos que antes dedicaban al trabajo ahora han quedado libres y sienten un vacío que tendrán que volver a llenar y aprender a compartir con su pareja».

Un hecho traumático

Otra de las circunstancias más difíciles por las que puede pasar una pareja es afrontar un hecho traumático como la muerte de un familiar o la enfermedad de un hijo. Algunas parejas se unen y establecen unos lazos más fuertes. Sin embargo en otras ocasiones conlleva la separación debido a que cada uno se encierra en sí mismo, lo que supone un distanciamiento. Relacionado con ello estarían las cargas familiares de alguno de los miembros de la pareja que pueden provocar una sobrecarga e interferir en la dinámica de la relación.
Los engaños, infidelidades o mentiras vulneran uno de los pilares más importantes en los que se sustenta una pareja: la confianza. Si ésta falla se producirá una espiral de inseguridad y demandas constantes que provocarán un distanciamiento mayor.

Los cambios evolutivos


Por otra parte,  «no podemos olvidarnos de los cambios evolutivos que en cada uno se sucederán —la menopausia o andropausia, cambios corporales después de los embarazos, dificultades físicas, vejez…—. A todos ellos deberán enfrentarse tanto personalmente como en pareja pues estos cambios repercutirán en el estado de ánimo y en la autoestima de la persona y, por tanto, en el modo de relacionarse con el otro también».