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martes, 22 de julio de 2014

5 ejercicios para mantener la magia con tu pareja

“NO ME ENLOQUECES, ME APASIONAS”.
 
“No es lo mismo una cosa que la otra. Cuando me enloquezco
por la persona amada me pierdo a mí mismo, me vuelvo irracional,
sin rumbo, despistado por y en el amor.
Apasionarse en cambio implica sentir entusiasmo, deseo del bueno, impulso esclarecedor.
Apasionarse no es idiotizarse. No es andar en círculos,
es despertar”. 

 
Walter Riso.
La teoría clásica del intercambio social de Thibauth y Kelley, explica que los seres humanos actuamos entre nosotros con el pleno reconocimiento de que nuestros actos serán de alguna manera recompensados. Esta teoría aplicada a los intercambios de la vida en pareja también explica cómo podemos sentirnos según percibamos el equilibrio o desequilibrio entre lo que ponemos en la relación y lo que obtenemos de ella. El amor se mantiene cuando los dos miembros de una pareja dan y reciben por igual, es decir, cuando sienten que están invirtiendo lo mismo que el otro, con reciprocidad y equidad. Una persona que recibe mucho afecto, siente que la relación le recompensa, pero la relación se desequilibra cuando se mantiene a costa de una sola persona, aumentando la posibilidad de que el amor pueda caducar o desear una relación mejor con otra persona. La clave para mantener una convivencia sana de pareja estriba en saber escuchar y comprender al otro, ya que las aparentes diferencias irreconciliables a menudo no son más que malos entendidos o apreciaciones equivocadas. En la convivencia diaria, se dan errores y conflictos más o menos relevantes y la pareja perfecta es una utopía, sin embargo la forma de afrontar esos desacuerdos es lo que distingue a las parejas felices de las que no lo son. En el contrato privado establecido entre dos personas, las cláusulas que van escritas en letra pequeña, que fortalecen la relación íntima y constituyen ingredientes fundamentales para la receta de una buena vida en pareja, serían: comunicación, respeto y confianzaempatía y flexibilidad,compromiso y autonomía, compartir expectativas y responsabilidadesasí como el mutuo intercambio de gratificaciones.



Ejercicio 1: Despedida por la mañana.  

Antes de acudir al trabajo, recordar planes o preguntar qué va a hacer nuestra pareja durante la jornada. Enterarse por lo menos de un evento al día de la vida del otro es una forma de decir “tú me importas”, ayuda a romper el hábito de la desatención y la rutina que convierte a las parejas en extraños que se van distanciando poco a poco.
(2 minutos al día/5 días a la semana: 10 minutos)

Ejercicio 2: Conversar al final del día.

Al llegar a casa, intentar que la conversación mitigue el estrés acumulado durante la jornada laboral. Muchas veces en el encuentro no se habla por cansancio o se transmiten quejas o interrupciones. Para ello es conveniente dedicar unos minutos a comentar las cuestiones del trabajo, cómo nos fue el día, qué hicimos, etc., sin mezclarlas con las de la pareja. Al elaborar la preocupación verbalmente evitaremos desplazar la tensión sobre la persona querida. Es importante resistirse a la tendencia a dar consejos o de reprochar, en lugar de ello lo mejor es buscar soluciones, solicitar acuerdos, apoyar y mostrar entendimiento.
(20 minutos al día/5 días a la semana: 1 hora y 40 minutos)

Ejercicio 3: Mostrar aprecio.

Por lo menos una vez al día, expresar verbalmente admiración, valoración y aprecio hacia el otro por algo que ha hecho, de manera directa o a través de una llamada de teléfono o de un mensaje.
(5 minutos/7 días a la semana: 35 minutos)

Ejercicio 4: Expresar afecto físicamente.

No sólo las palabras y el contacto sexual importan, fuera del dormitorio también es necesario intercambiar abrazos, besos o caricias, expresar ternura y utilizar el contacto piel a piel con nuestra pareja.
(5 minutos al día/7 días a la semana: 35 minutos)

Ejercicio 5: La cita semanal.  

Un día por semana organizar una cita con la pareja, como cuando empezaron a conocerse. Acudir juntos a algún sitio o quedarse solos en casa, charlando, intimando y ampliando el mapa de amor.
(120 minutos/2 horas una vez a la semana)

TOTAL: 300 minutos ó 5 horas semanales.
Nuestra sexualidad no se manifiesta únicamente a través del placer sexual: somos seres sexuales cuando tocamos, besamos y abrazamos, pero también cuando nos comunicamos, nos reímos y nos divertimos juntos. A diferencia del ideal que solemos tener acerca de que las parejas felices comparten mucho tiempo, lo que verdaderamente importa es dedicar a la relación afectiva pequeños lapsos de tiempo de manera constructiva, positiva y afectuosa.

Nélida Álvarez Menéndez

sábado, 19 de julio de 2014

4 aspectos del amor

BONDAD INCONDICIONAL Y BENEVOLENCIA. Capacidad de dar alegría y felicidad a la persona que amas. Aprender a observar a quién amamos porque si no la comprendemos no la podremos amar. La comprensión es la esencia del amor. Dedicar tiempo a estar presente y atento y observar profundamente. A eso se le llama comprensión. 



COMPASIÓN. Deseo y capacidad de aliviar el sufrimiento de otra persona. Para conocer la naturaleza de su sufrimiento y ayudarla a cambiar, también hay que observarla profundamente. Para eso es necesaria la meditación. Meditar es observar a fondo la esencia de las cosas.



ALEGRÍA. Si en el amor no hay alegría, no se trata de verdadero amor. Si estamos sufriendo y llorando todo el tiempo o si se hace llorar a la persona que amamos, eso significa que no se trata de un verdadero amor, incluso puede llegar a ser lo opuesto a él. Si en la relación de pareja no hay alegría, seguro que no es un verdadero amor.



ECUANIMIDAD Y LIBERTAD. El verdadero amor hace alcanzar la libertad. Cuando se ama de verdad se le da al otro una absoluta libertad. Si no es así, no se trata de un verdadero amor. El otro debe sentirse libre, no solo por fuera, sino también por dentro.

miércoles, 16 de julio de 2014

mejorar la autoestima con coaching

Por Mar Carrascosa, directora académica EEC Madrid

-Te juzgarás a ti mismo – le respondió el Rey.
-Es lo más difícil. Es mucho más difícil juzgarse a sí mismo que a los demás. Si logras juzgarte bien a ti mismo eres un verdadero sabio”.
‘El principito’, Antoine de Saint-Exupéry


La autoestima se define comúnmente como el sentimiento de aceptación y aprecio hacia uno mismo, que va unido al sentimiento de competencia y valía personal. Es la valoración que hacemos de nosotros mismos sobre la base de las sensaciones y experiencias que hemos ido incorporando a lo largo de la vida y de esto dependen en gran parte el desarrollo de nuestro potencial y nuestros logros.
Otra definición es la del psicoterapeuta Nathaniel Branden, que me gusta especialmente porque amplía la simple idea de “sentirse bien con uno mismo” y conecta con varias distinciones que trabajamos los coaches: “Autoestima es confiar en nuestra habilidad para pensar, confiar en nuestra habilidad para enfrentarnos a los desafíos básicos de la vida y confiar en nuestro derecho a tener éxito y ser feliz. Sentirse digno, merecedor, con derecho a expresar nuestras necesidades y deseos, alcanzar nuestros valores y disfrutar de los frutos del esfuerzo”. 
Las personas con baja autoestima se anticipan a resultados negativos, proponen objetivos no realistas, establecen relaciones competitivas, tienden a compararse con los demás todo el tiempo, acusan a los otros de lo que le pasa, no dicen lo que sienten, hacen que los demás se sientan culpables, su lenguaje y manera de actuar es pesimista.
Otro indicador de baja autoestima (aunque parezca lo contrario) es el egocentrismo: estas personas se compensan emocionalmente, mostrándose orgullosas y soberbias. Se escuchan poco, niegan sus propias necesidades, no piden ayuda, pero son los primeros en ofrecerla, y se ven legitimados para tener la verdad absoluta y dar consejos sin que se los pidan. Y por tanto proyectan esa imagen de arrogancia, de ser perfectos y todopoderosos.
Una vez que hemos observado algunos indicadores que apuntan a esta baja autoestima, ¿qué podemos hacer?, ¿cómo trabajamos con nuestros clientes de coaching?
Sabemos que actuamos en función de nuestros juicios y creencias, generando en el interior de nuestro ser una manera de actuar y de interpretar. Y también sabemos que para cambiar una creencia, debemos practicar.
Alguna de estas prácticas repetitivas para poder cambiar creencias :
1. Vivir conscientemente
2. Asumir la responsabilidad al 100%
3. La autoafirmación
4. Vivir con propósito
5. La integridad personal:
6. La Compasión hacia uno mismo
En detalle, éstas prácticas para desarrollar la autoestima consisten en:
1. La práctica de vivir conscientemente. Es respetar la realidad sin evadirse o negarla, estar presente en lo que hacemos mientras lo hacemos. También tomar consciencia de los logros o éxitos, “observar lo bueno” que tuvimos en el pasado para tener nuevos éxitos en el futuro. Aprender a mirar lo positivo implica también practicar un lenguaje acorde con este pensamiento. Todos tenemos algo bueno de lo cual podemos sentirnos orgullosos; debemos apreciarlo y ponerlo en nuestras conversaciones.
2. La práctica de asumir la responsabilidad al 100% . Reconocer que somos los autores y protagonistas de nuestras decisiones y nuestras acciones,  de realizar nuestros deseos,  de elegir de nuestras relaciones, de cómo tratamos a los demás y a nosotros mismos. En definitiva, de nuestra felicidad.
3La práctica de la autoafirmación. Respetar nuestros deseos y necesidades y buscar la manera de expresarlos. Tratarnos a nosotros mismos con dignidad en nuestras relaciones con los demás. Ser AUTÉNTICOS y defender nuestras convicciones, valores y sentimientos. Es comunicarnos asertivamente: aprender a decir No, no sé… ser coherente con lo que pensamos.
4. La práctica de vivir con propósito. Significa identificar nuestras metas y llevar a cabo las acciones que nos permitan alcanzarlas y mantenernos firmes hasta llegar a ellas.
Nuestras metas y propósitos son los que organizan y centran nuestras energías, y le dan significado y estructura a nuestra existencia: cuando no tengo propósitos, estoy a merced de mis propios impulsos o de las acciones incontrolables de los demás. Para vivir mi vida con propósitos conscientes tengo que hacerme responsable de mis propias metas, es decir, necesito un PLAN DE ACCIÓN y éste necesita de objetivos claros, disciplina, esfuerzo, orden, constancia y coraje para no desviarme del proyecto de vida o visión. Por último, este proyecto de vida implica sentirse una oferta, ¿en qué medida soy valioso para mí y para mi entorno?, e imaginar lo que quieres y no sólo lo que temes. 
5. La práctica de la integridad personal. Implica tener principios de conducta a los que mantenernos fieles, ser congruentes con lo que pensamos, decimos y actuamos; respetar nuestros compromisos y mantener nuestras promesas.
Cuando respondo a lo anterior, se produce en mi interior un resultado más importante que la aprobación de los demás. Es la aprobación de mí mismo y siento que soy una persona en quien se puede confiar (en mis capacidades y en mis opiniones). La autoestima no se centra en valores externos que cambian y pasan de moda. Necesitamos principios, lemas de vida que no cambien, universales, como la honestidad, libertad, congruencia, creatividad, gratitud, respeto…
6. La práctica de la Compasión hacia uno mismo:
  • Con COMPRENSIÓN: comprender a los demás y a mí mismo, sin juzgar.
  • Con ACEPTACIÓN: no “aprobar” ni “desaprobar” nuestros pensamientos, sentimientos y accionesAceptar que, con nuestras cualidades y defectos, somos, ante todo, personas importantes y valiosas.
  • Con PERDÓN: significa aceptar lo pasado como pasado, reafirmar el respeto a mí mismo en el presente y anticipar o diseñar un futuro mejor.
Sabemos que hemos trabajado bien la autoestima cuando escuchamos de nuestros clientes de coaching frases como “me siento bien conmigo mismo; siento que estoy al mando de mi vida; me siento más  flexible, creativo e ingenioso; ahora sí disfruto con los desafíos que la vida me presenta; me siento con poder y ahora sé cómo hacer para que sucedan cosas que yo quiero”.
En definitiva, la mejora de la autoestima es trabajar una de las ambiciones más profundas y poderosas de cualquier ser humano, la capacidad de amar y ser amado.

sábado, 12 de julio de 2014

El mecanismo de los celos


Los celos son el sentimiento involuntario y universal de temor ante la posibilidad de perder a la persona querida. Los celos son involuntarios pero se pueden controlar.

Hay dos tipos de celos, los leves y los graves. Solo los graves son los que se deben controlar ya que de no hacerlo acaban con la relación, mientras que los leves fortalecen la pareja y aumenta la complicidad entre ambos (es muy importante distinguirlos bien ya que las manifestaciones más intensas de los celos se han de tratar).

Para saber cómo controlar las manifestaciones de celos más graves hay que entender su origen. Las manifestaciones de celos aparecen en momentos puntuales debido a ciertos detonantes pero las personas que los sufren tienen predisposición innata a sentirlos.


Esta predisposición depende de:

  • Baja autoestima: Las personas con baja autoestima no son capaces de pensar que su pareja está enamorada de ellos. Piensan que no son lo suficientemente buenos como para gustar a sus parejas. Debido a esta inseguridad comienzan a ver mentiras y traiciones donde no las hay. Esto provoca que no sepan valorar cualquier gesto cariñoso de su pareja y que lo interpreten como si hubiera un motivo oculto (por ejemplo recibir un regalo y pensar que tu pareja se siente culpable porque tiene un amante). Los celos son justamente el miedo a la pérdida, por lo tanto cuanto menos te valores menos entenderás que tu pareja se enamore de ti.

  •  La sociedad y el momento histórico. En una sociedad machista los hombres por lo general están más predispuestos a sentir celos.

  •  Las experiencias anteriores del sujeto (por ejemplo si su padre era celoso o si su pareja anterior le fue infiel). Estas experiencias marcan a las personas y las hace estar más predispuestas a sentir celos. Estas experiencias afectan a tu carácter y a tu personalidad sobre todo si ocurrieron en tu infancia (padre o madre celosos).

  •  Presión grupal. En la sociedad se alimenta la idea de que debemos de buscar una relación perfecta. Si nos preocupa la imagen que proyectamos ante nuestros amigos estaremos más atentos a los gestos de nuestra pareja.

El detonante

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Es el momento puntual que provoca el ataque de celos, es la situación concreta que genera los celos. El detonante depende de la predisposición del sujeto a la hora de sentir celos. Si su predisposición es muy baja el detonante debe ser muy evidente para que la persona se sienta celosa. Sin embargo si el sujeto tiene una predisposición muyalta el detonante puede ser incluso la situación más insignificante.

También depende de la cultura y el momento histórico ya que unos mismos gestos pueden ser interpretados de una manera distinta en diferentes culturas.

Para que aparezcan los celos aparte de existir una predisposición, es necesario un detonante que los haga aparecer. El detonante dependerá del nivel de predisposición, cuanto mayor sea este nivel, más probabilidades habrá de que cualquier situación se convierta en un detonante.

Esta idea se ve mucho mejor a través de un ejemplo:

Te encuentras en tu sitio favorito dando un paseo con tu pareja, de repente os apetece compartir un helado y vas a comprarlo. Hay mucha gente haciendo cola y tardas más de lo previsto.

Vuelves con tu pareja y ahora hay dos posibilidades:

  • Tu pareja te recibe cariñosamente y os coméis el helado.

  • Tu pareja se enfada y te comienza a preguntar por qué has tardado tanto. A pesar de tus explicaciones no te cree y comienzan los celos.

Lo que cambia dentro de ambas posibilidades es la predisposición ante un mismo detonante (tardanza en volver con el helado). En el primer caso su predisposición a los celos es baja y reducida por lo que no aparecen los celos.

Pero en el segundo caso la predisposición de tu pareja es alta, por esta razón sí que aparecerán los celos.

Los efectos que producen los celos son:

  • Deterioro de la relación. No solo por el hecho de que la pareja del celoso se canse de la situación sino también porque el propio celoso no se siente feliz en la relación.

  • Aumenta la predisposición a tener celos en futuras relaciones. De forma que las futuras relaciones de ambos miembros de la pareja se verán resentidas. El nivel de este deterioro se explica por la predisposición formada a raíz de la relación que acaba de finalizar.

Autor: Daniel Cuervo.



sábado, 14 de junio de 2014

La infidelidad según la ciencia


¿Qué hay de verdad en todo lo que se dice alrededor de la 
infidelidad? ¿Las mujeres son menos infieles? ¿Es más fácil descubrir una infidelidad de los hombres? Es difícil saberlo, pero varios estudios científicos han buscado las respuestas.


Y algunos de sus hallazgos son sorprendentes. Para empezar, un grupo de investigadores de la Universidad de Florida relaciona el narcisismo con la infididelidad en las primeras etapas del matrimonio: «El narcisismo sexual (algo así como la auto-imagen de las capacidades sexuales) está positivamente relacionado con la infidelidad», sostienen, después de haber examinado las respuestas de 123 parejas.
Otro grupo de investigadores ha estudiado las infidelidades en los matrimonios de pescadores del Lago Victoria, en Kenia, con el objetivo de analizar su posible papel en la transmisión del virus del SIDA. Y han descubierto que había varios factores que aumentaban la probabilidad de que las mujeres tuvieran aventuras fuera del matrimonio: «La perpetuación de la violencia doméstica, no poder recurrir a la postura sexual favorita, los penes excesivamente largos en erección (…) y no estar satisfechas sexualmente».

¿Qué es la infidelidad?

Puede parecer obvio, pero los hombres y las mujeres lo suelen percibir de distinta forma, o así lo concluyeron unos investigadores de la universidad de Kansas después de evaluar a una muestra de 477 personas.
Entre otras cosas, averiguaron que para los hombres la infidelidad más importante es la sexual y que para las mujeres es la emocional. Y, por ejemplo, mientras que el 90 por ciento de las mujeres consideran que darse un beso es ser infiel, esta proporción es del 75 por ciento entre los hombres. Por otro lado, el 51 por ciento de ellos cree que enviar mensajes para ligar es ser infiel, mientras que este porcentaje es de 68 entre ellas.

¿Dónde ocurre?

Según los datos que la empresa de contactos Ashley Madison ha recopilado con 172.000 usuarios de Estados Unidos, «el 68 por ciento de los adúlteros comete infidelidades en el trabajo, y gasta una media de 1,17 horas en hacerlo».
Y hay momentos predilectos. Según dicen, los miércoles por la tarde son los días favoritos para tener aventuras. De hecho, unos científicos de la universidad de Harvard, hablan del «efecto moralizador de las mañanas», ya que, según explican, «las experiencias cotidianas asociadas con la vida rutinaria pueden reducir la resistencia moral a las tentaciones».

¿Por qué ser infiel?

Esta es una de las grandes preguntas. Según un estudio estadístico con 74.600 miembros de Ashley Madison, el 44 por ciento de las mujeres infieles lo hace porque se siente atraida por la otra persona, mientras que el 33 lo hace para sentirse deseadas. En los hombres se trata de una cuestión de sexo: el 48 por ciento dice que lo hizo porque «quería más sexo», y el 47 porque «quería más variedad».
 Genes de infidelidad
Según otros estudios, es posible hablar de genes de la infidelidad, pues el comportamiento depende en parte de las variaciones genéticas relacionadas con la motivación y las rutas de recompensa en el cerebro. Unos investigadores de la Universidad de Binghamton han descubierto un gen muy variable que parece ser «un factor influyente» a la hora de modular lo infiel que es una persona. Según explican, la selección natural escoge una u otra variante del gen en función de lo «ventajosa» que es la monogamia. Pero aclaran que la sexualidad, el comportamiento social y la genética obligan a tomar estos resultados con cautela.
Al parecer, la frecuencia de los orgamos fingidos está relacionada con la infidelidad femenina y una menor satisfacción en las parejas, según un estudio estadístico hecho con 138 mujeres y 121 hombres. Según indican los autores del estudio, «la señalización del orgasmo fue escogida por la selección natural en hembras ancestrales» en ambientes donde había fidelidad y los machos se inmiscuían en el cuidado de las crías.

miércoles, 11 de junio de 2014

TEORÍA TRIANGULAR DEL AMOR





A la hora de hablar de los tipos de amor, nos basaremos en una teoría desarrollada por el psicólogo Sternberg llamada la teoría triangular del amor.

En su teoría sobre los tipos de amor, Sternberg mantiene que el amor se forma en función de tres componentes que según el nivel de intensidad que tengan, se dará uno de los tipos de amor posibles u otro diferente en base a ello.


Las tres componentes del amor


Para Sternberg, el amor estaba dividido en tres partes vitales que definian completamente los tipos de amor existentes. Estas componentes eran, la intimidad de la pareja, el compromiso de mantenerse unidos y apoyarse, y la pasión que sienten una parte por la otra.
En función de estas tres cosas, una pareja se encontraba en una zona concreta de la “pirámide del amor” de Sternberg, de manera visual podeis verlo bastante sencillamente en la imagen del artículo cómo se dividen los tipos de amor posibles y la distancia entre ellos.

Brevemente, cada componente que divide los tipos de amor consiste en lo siguiente:
Intimidad: Consideramos intimidad como la cercanía emocional que existe entre ambas partes. Es el vínculo afectivo que comparten entre ellos.

Compromiso: Como supondreis, es la determinación de permanecer unidos y superar las adversidades y los conflictos que puedan surgir a lo largo de una relación. Es la voluntad de seguir adelante.

Pasión: El deseo, la atracción física. El sexo y la excitación. Poco más que añadir en este aspecto que no os podais imaginar en qué consiste esta componente del amor.

Los 7 tipos de amor posibles


Una vez explicadas las componentes del amor, solo queda dividirlo en los 7 posibles tipos de amor diferentes que Sternberg encontró posibles. De menor a mayor nivel de compromiso, para Sternberg estos fueron los tipos de amor existentes:

Tipos de amor con sólo una componente


Confianza: Se caracteriza por únicamente existir la intimidad como componente, la pasión y el compromiso no existen en realidad en este caso.

Encaprichamiento: Tan solo existe la parte emocional, la atracción física es lo primordial, su duración suele ser relativamente corta.

Amor vacío: Predomina la parte racional, el compromiso por encima de otras cosas. No hay atracción física ni confianza. Se mantiene por intereses ajenos al afecto por la pareja. En ocasiones una relación va perdiendo paulatinamente uno de sus otros rasgos quedando el compromiso como último baluarte salvador sino se consiguen recuperar los otros estados necesarios para un amor funcional.

Tipos de amor con dos componentes


Amor sociable: Común en las relaciones largas, la pasión ha desaparecido pero se mantiene el vínculo de intimidad y confianza mutua a la vez que el compromiso por permanecer unidos. Frecuente.

Amor Fatuo: Pasión y compromiso, una relación rápida en la que todavía una o ambas partes no han decidido confiar en la otra parte por motivos personales, quizá inseguridad, miedo al rechazo o desconfianza por experiencias pasadas por ejemplo.

Amor Romántico: Existe la pasión y la intimidad pero no el compromiso de estar juntos. Este es el caso por ejemplo de los amores de verano e historias pasajeras de corta duración que se sabe que van a terminarse por motivos ajenos.

 

Tipos de amor con tres componentes


Amor completo: El mejor de los tipos de amor, combina todos los rasgos anteriores, existe pasión sexual, confianza y afecto emocional y compromiso para permanecer unidos.