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viernes, 11 de julio de 2014

El Dolor y la Resiliencia


El dolor es una experiencia por la que tenemos que atravesar en muchas ocasiones, y, es en ese sentido en el que se convierte en algo inevitable. Si sufres la pérdida de un ser querido, una decepción, una frustración, lo que viene a continuación es dolor, rabia, impotencia, negación de lo ocurrido, rechazo; a veces, el dolor es tan fuerte que se llega a perder la consciencia por unos minutos, otras es excesivo, supera la fortaleza psíquica de la persona y le conduce una falta de contacto con la realidad, por ejemplo, negando lo ocurrido, viviendo como si no hubiese sucedido nada. Sin embargo, en la mayor parte de las ocasiones, la vivencia del dolor es algo muy positivo pues nos conduce a utilizar la resiliencia. 





¿Y qué es la resiliencia? 

La resiliencia o personalidad resistente es la capacidad para sobreponerse a períodos de dolor emocional y traumas. Se dice que una persona tiene una resiliencia adecuada cuando es capaz de desarrollar recursos de los que ya disponía previamente pero que hasta ese momento le eran totalmente desconocidos, consiguiendo encajar la situación traumática o dolorosa y seguir viviendo y proyectándose en el futuro con mayor fortaleza psíquica y emocional.


¿Cómo definimos la personalidad resistente?

Kobasa y Maddi (1972), fueron los primeros autores que utilizaron este concepto y con él hacían referencia a la idea de protección frente a las situaciones estresoras. Las personas con personalidad resistente son aquellas que ante acontecimientos vitales negativos ponen de manifiesto unas características de personalidad que les protegen.

Las personas resistentes poseen un gran sentido del compromiso, una fuerte sensación de control sobre los acontecimientos y están más abiertos a los cambios en la vida, al mismo tiempo que conciben las experiencias estresantes y dolorosas como una parte más de la existencia.



En esencia, los componentes principales de la personalidad resistente son tres:compromiso, control y reto.



Ser resiliente consiste en utilizar tus habilidades para resurgir de la adversidad, resistir el sufrimiento desarrollando tus capacidades, aceptando lo que te sucede, comprometiéndote e implicándote en en el proceso de resolución de esa situación traumática y siendo capaz de proyectarte en un futuro mejor.



miércoles, 11 de junio de 2014

TEORÍA TRIANGULAR DEL AMOR





A la hora de hablar de los tipos de amor, nos basaremos en una teoría desarrollada por el psicólogo Sternberg llamada la teoría triangular del amor.

En su teoría sobre los tipos de amor, Sternberg mantiene que el amor se forma en función de tres componentes que según el nivel de intensidad que tengan, se dará uno de los tipos de amor posibles u otro diferente en base a ello.


Las tres componentes del amor


Para Sternberg, el amor estaba dividido en tres partes vitales que definian completamente los tipos de amor existentes. Estas componentes eran, la intimidad de la pareja, el compromiso de mantenerse unidos y apoyarse, y la pasión que sienten una parte por la otra.
En función de estas tres cosas, una pareja se encontraba en una zona concreta de la “pirámide del amor” de Sternberg, de manera visual podeis verlo bastante sencillamente en la imagen del artículo cómo se dividen los tipos de amor posibles y la distancia entre ellos.

Brevemente, cada componente que divide los tipos de amor consiste en lo siguiente:
Intimidad: Consideramos intimidad como la cercanía emocional que existe entre ambas partes. Es el vínculo afectivo que comparten entre ellos.

Compromiso: Como supondreis, es la determinación de permanecer unidos y superar las adversidades y los conflictos que puedan surgir a lo largo de una relación. Es la voluntad de seguir adelante.

Pasión: El deseo, la atracción física. El sexo y la excitación. Poco más que añadir en este aspecto que no os podais imaginar en qué consiste esta componente del amor.

Los 7 tipos de amor posibles


Una vez explicadas las componentes del amor, solo queda dividirlo en los 7 posibles tipos de amor diferentes que Sternberg encontró posibles. De menor a mayor nivel de compromiso, para Sternberg estos fueron los tipos de amor existentes:

Tipos de amor con sólo una componente


Confianza: Se caracteriza por únicamente existir la intimidad como componente, la pasión y el compromiso no existen en realidad en este caso.

Encaprichamiento: Tan solo existe la parte emocional, la atracción física es lo primordial, su duración suele ser relativamente corta.

Amor vacío: Predomina la parte racional, el compromiso por encima de otras cosas. No hay atracción física ni confianza. Se mantiene por intereses ajenos al afecto por la pareja. En ocasiones una relación va perdiendo paulatinamente uno de sus otros rasgos quedando el compromiso como último baluarte salvador sino se consiguen recuperar los otros estados necesarios para un amor funcional.

Tipos de amor con dos componentes


Amor sociable: Común en las relaciones largas, la pasión ha desaparecido pero se mantiene el vínculo de intimidad y confianza mutua a la vez que el compromiso por permanecer unidos. Frecuente.

Amor Fatuo: Pasión y compromiso, una relación rápida en la que todavía una o ambas partes no han decidido confiar en la otra parte por motivos personales, quizá inseguridad, miedo al rechazo o desconfianza por experiencias pasadas por ejemplo.

Amor Romántico: Existe la pasión y la intimidad pero no el compromiso de estar juntos. Este es el caso por ejemplo de los amores de verano e historias pasajeras de corta duración que se sabe que van a terminarse por motivos ajenos.

 

Tipos de amor con tres componentes


Amor completo: El mejor de los tipos de amor, combina todos los rasgos anteriores, existe pasión sexual, confianza y afecto emocional y compromiso para permanecer unidos.